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Un delatado, cuatro canteros y once presos de San Simón

Los restos de 16 paseados serán exhumados en Pontevedra

La Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica actuará en tres fosas en Galicia para recuperar un total de 16 cadáveres de gallegos paseados en los meses de noviembre de 1936 y 1938. De los cuerpos, 11 se encuentran en una fosa del cementerio de Tenorio, en el ayuntamiento pontevedrés de Cotobade, otros cuatro en Porriño y el decimosexto en Vilagarcía de Arousa. El vicepresidente de la asociación, Santiago Macías, anuncia que estas intervenciones comenzarán este mes en las tres localidades pontevedresas de forma "escalonada". Macías no puede precisar cuánto tiempo invertirán en exhumar los cuerpos, ya que depende de factores tan diversos como la meteorología o la colaboración ciudadana.

El alcalde ofició el entierro de los reos que iban a trasladar a otra cárcel
Las fosas de Tenorio y O Porriño fueron judicializadas por Baltasar Garzón

En el cementerio de Tenorio permanecen enterrados los restos de cinco vecinos de Arbo y seis de Lalín, que fueron paseados el 9 de noviembre de 1936. Se trata de once republicanos que habían estado recluídos en la isla de san Simón, cárcel que abandonaron el día anterior a su muerte supuestamente para ser trasladados a la prisión de Pontecaldelas. Según rememora la portavoz de la Asociación Socio-Cultural Manuel Ferreiro, Emilia Failde, la expedición partió de Redondela hacia Pontevedra y al llegar al lugar conocido como Volta do Couto los nacionales detuvieron el camión y ordenaron bajarse del vehículo a Luis Frade Pazos, José López Bermúdez, Ramiro Granja González, Luis Varela Sobrado, José María Montouto Rodríguez, Eliseo Garra Lalín, Alfonso Alonso Portugués, Juan Alonso Pérez, José Gómez Sampayo, Antonio Picallo Buela y Telmo Rodríguez Alonso. Los once fueron fusilados. Los falangistas visitaron a los vecinos de Filgueira y llamaron a todas las puertas para obligar a los habitantes a preparar un carro con paja que llevase los once cuerpos sin vida desde el pueblo hasta el cementerio de San Pedro de Tenorio. Allí, en torno a las diez de la mañana, fueron enterrados en una fosa cavada por el bando franquista con el alcalde de la localidad como oficiante del sepelio.

Miembros de la asociación Manuel Ferreiro se pusieron en contacto con la ARMH para que excavasen el territorio y, luego de hacer las pertinentes comprobaciones de ADN, entregar los cuerpos a sus familiares para que puedan dar a los represaliados un entierro digno. La portavoz del colectivo pontevedrés señala que cuentan con los permisos correspondientes de la Consellería de Sanidade, el Servicio de Patrimonio Cultural, dependiente de la Consellería de Cultura, y el Arzobispado de Santiago de Compostela.

Además de intervenir en el cementerio de Tenorio, la asociación también exhumará los cuerpos de cuatro canteros de la parroquia de A Picoña, en Salceda de Caselas, enterrados en una fosa en O Porriño. Los obreros permanecieron escondidos en ese lugar desde el golpe de Estado hasta que las tropas franquistas los localizaron el 21 de noviembre de 1936. Ese día, los subvleados terminaron con las vidas de Manuel Domínguez, Benito Antonio Cabaleiro, Gabriel Besteiro Rodríguez y Ángel Cabaleiro. Los cuatro fueron perseguidos por haber sido importantes activistas del movimiento agrario del sur de Pontevedra. Tal como recuerda el portavoz de la Asociación Memoria Histórica do 36 de Ponteareas, Ángel Rodríguez Gallardo, Salceda de Caselas fue un gran nicho del movimiento obrero ya desde la Segunda República. Al igual que la fosa de Tenorio, la de San Salvador de Budiño también se hallaba entre las judicializadas por Baltasar Garzón. Las familias, sobre todo la hija de uno de los canteros, siempre insistieron en agotar el proceso judicial abierto por Garzón y, antes de que empezase el verano, contactaron con la ARMH para que exhumase los restos.

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Cornazo, en Vilagarcía de Arousa, completa el mapa de intervenciones en Galicia de la asociación. En una fosa en esta localidad se halla Manuel Álvarez Silva, marido de una vecina de la localidad próxima de Abalo. Cuenta la portavoz de la Comisión por la Memoria de Vilagarcía, Margarita Teijeiro, que el fusilado se escondió durante varios meses en este enclave tras recorrer andando los casi 40 kilómetros que lo separan de Vigo. Tras un chivatazo, las tropas nacionales rodearon la casa y, aunque logró escapar al monte, lo apresaron y asesinaron el 9 de noviembre de 1938. En lo que va de año, la ARMH ya ha realizado dos intervenciones en Galicia, ambas en el norte de la provincia de Lugo, en las localidades de Argomoso y Mondoñedo.

Exhumación realizada en A Fonsagrada en 2007.
Exhumación realizada en A Fonsagrada en 2007.XOSÉ MARRA

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