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Análisis de los datos del desempleo

La destrucción de puestos cualificados recrudece las tasas de desempleo

La industria sigue a la construcción como sector que más paro crea

"La hija salió clavada a su padre, ahora se marcha a Alemania a trabajar". Es un chiste que se cuenta en los servicios de empleo de Galicia, aunque a los parados no les haga gracia. Tiene que ver con la sangría de despidos que afecta a los trabajadores más cualificados, desde soldadores a caldereros, técnicos especialistas en empresas de subcontratación del naval, textil, automoción o la aeronáutica. La canciller alemana Angela Merkel se declara predispuesta a atender la propuesta de los líderes sindicales de su país, que se quejan de la escasez de personal cualificado y quieren rellenar huecos con españoles y portugueses. En Galicia puede encontrar el granero.

Según los datos de paro registrado divulgados la semana pasada, en proporción, desde el año 2007 se apuntan a las listas más personas procedentes del sector industrial que de cualquier otro (crecieron un 44%), excepto en construcción, donde el desempleo ha aumentado un 134%. La industria se come, en términos relativos, más nóminas que el sector servicios, la agricultura o del colectivo que nunca ha tenido un trabajo. "Se está produciendo el fenómeno de la emigración de la juventud, que para mí es lo más dramático desde el punto de vista de país. Son gente formada en la que hemos invertido muchos años y un montón de millones. Su potencial creativo se esfuma", reflexiona Manuel Currás Meira, del sindicato CIG. El panorama es tremendo. Cada día de 2010 se apuntaron 54 personas en el antiguo INEM, 701 en el conjunto del Estado. Registros que pulverizan los de toda la década.

"Traballo convoca las mismas ayudas que el bipartito", afirma la CIG
Feijóo dice que Zapatero "firmaría" por una tasa de paro como la gallega
Cada día de 2010 se apuntaron 54 personas en las oficinas de empleo
Solo el 2% de los parados que hay en Galicia son extranjeros
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La Encuesta de Población Activa (EPA), elaborada por el Instituto Nacional de Estadística, contabiliza 203.500 gallegos sin trabajo y una tasa del 15,69% frente a la del 20,33% de la media nacional. Aunque es menor, la pérdida de contratos va mucho más rápido en esta comunidad (es la cuarta con mayor crecimiento del paro en 2010). Los apuntados en los servicios públicos de empleo son 245.831, 42.000 más que los que refleja la EPA. "Son mediciones distintas pero complementarias. El paro registrado te da una visión más dinámica y la EPA ofrece una radiografía del mercado de trabajo. La diferencia entre los números de una y otra tiene que ver con nuestra estructura. Tenemos un sector agrario con más subempleo no asalariado que el resto del país", explica desde Comisiones Obreras Maica Bouza. Del total, 133.603 provienen del sector servicios, 39.624 de la construcción y 37.209 de la industria. El 52% son mujeres y un 9% tienen menos de 25 años. La mayoría forman parte de la bolsa llamada "sin empleo anterior", que en los últimos tres años se ha disparado un 77%. En el ladrillo, el desempleo ha crecido durante esta crisis la mitad que en España, gracias en parte a que había entre 30.000 y 40.000 portugueses en nómina de las constructoras y volvieron a su país sin dejar rastro en la estadística.

¿Dónde está la hemorragia? "Perdemos empleo por todas partes", analiza Bouza. "Tenemos un problema de crecimiento, nuestro motor de actividad no es solo el sector servicios. El proceso de terciarización de la economía se completó más tarde que en el resto de España y de manera desigual. Nuestro sector industrial es mucho más débil que el de otras comunidades y, en cambio, la construcción no está tan afectada". Las cifras esquivan los supuestos beneficios que iba a aportar la reforma laboral aprobada por el Gobierno de Zapatero en 2010. También pasan de largo por el supuesto efecto beneficioso del Xacobeo. Para la portavoz económica del PSdeG, María José Caride, "el presidente de la Xunta se conforma con tener unas tasas más bajas que las del Estado sin analizar los fallos de sus propias políticas". Feijóo responde con que "el Gobierno de España firmaría por tener la tasa de paro gallega, porque habría un millón de personas más trabajando". Unos y otros hablan de la necesidad de un cambio de modelo, de la I+D, de impulsar los sectores productivos. "Son discursos vacíos. Lo he oído mil veces y cada día soy más pesimista", lamenta Currás Mera, que recuerda que la Xunta está convocando las mismas ayudas que el bipartito. La patronal insiste en pedir más estímulos a la contratación y más flexibilidad cuando el 89,9% de los contratos que se firmaron en enero fueron temporales. "La supuesta rigidez es uno de los muchos mitos que rodea al mercado laboral", se indignan los sindicatos, que creen que algunos empresarios se están aprovechando de la crisis para recortar plantillas. Otra falacia está en la presión de la mano de obra de otros países. En Galicia hay 5.835 extranjeros en el paro, el 2% del total.

Aprovechar para formar trabajadores

La conselleira de Traballo e Benestar, Beatriz Mato, dice que no está preocupada por un sector en concreto, sino "por todos". Piensa que hay que aprovechar el momento para "formar un capital humano especializado y adaptado a la demanda de las empresas, que son las que crean empleo, para estar en mejores posiciones cuando la situación mejore". ¿Cuándo ocurrirá eso? "Los empresarios no crecen en macetas aunque los riegues. Estamos en una crisis profunda, mientras no seamos capaces de ver qué necesitan las empresas para competir no saldremos", resume Maica Bouza, de CC OO.

La Xunta maneja finalizar este año con una tasa del paro del 15,1%, apenas seis décimas por debajo de la actual, en el escenario más optimista. "Hay que recordar que para la generación de empleo, en general, son necesarias tasas de crecimiento económico de en torno a un 2%. Así que lo más prudente es esperar a saber cómo evoluciona el año", insiste Beatriz Mato.

Galicia está muy lejos de apuntarse un avance de ese calibre. Por ahora se conforma con un PIB anémico y sin signos claros de recuperación. Una población envejecida, 22.086 afiliados a la Seguridad Social menos que hace un año y ocho de cada cien hogares con todos sus miembros en paro completan la radiografía.

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