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La directora de Traballo pide una multa para la mujer a la que echó

Díaz basa su denuncia por injurias en la negación de una sentencia firme

La directora general de Formación e Colocación, Ana María Díaz López, negó ayer ante un juez cualquier relación laboral con Dolores Seco, la trabajadora a la que despidió ilegalmente, según una sentencia firme dictada por el juzgado de lo Social número 2 de Ferrol. En un intento de lavar su imagen tras su condena por despido improcedente, esta alto cargo de la Xunta denunció a la ex empleada por injurias y se cerró en una defensa rocambolesca basada en la negación de su condena. En la demanda, Díaz López pide una multa de 120 euros para la mujer despedida.

La sala de Instrucción número 3 de Ferrol acogió ayer la vista por el juicio de faltas que enfrentó a la directora de Traballo, Ana María Díaz, con la mujer a la que despidió, según prueba el fallo del juez. Por ella desfilaron durante dos horas media docena de testigos además de la denunciante, Ana Díaz, y la denunciada, Dolores Seco.

La directora general negó que la mujer trabajase durante seis meses en el restaurante que regentan su padre y su hermano, "hecho probado" en el fallo del juzgado de lo Social número 2 de Ferrol. Díaz López no lo recurrió entonces pero amenazó a la trabajadora con una querella criminal que se quedó en denuncia por injurias. En el requerimiento notarial de septiembre, Ana Díaz tilda la sentencia de "errónea" y argumenta que está siendo utilizada para "socavar su honor, prestigio y actividad profesional". Acusa a la trabajadora de mentir en un juicio laboral al que ella misma no acudió, pese a estar citada, y en el que Dolores Seco no declaró porque ni siquiera fue interrogada, según fuentes de la defensa.

La condena le llegó a Ana María Díaz cuando ya era alto cargo de Traballo. Tanto ella como su superior, Beatriz Mato, desoyeron las peticiones de dimisión de PSOE y Bloque, CIG y Comisiones Obreras. Tanto este departamento como el PP retorcieron primero el fallo, lo achacaron después a un error judicial y sólo al final acataron a regañadientes su contenido sin adoptar medida alguna sobre su alto cargo.

El propio presidente, Alberto Núñez Feijoó, respaldó desde su escaño la continuidad de la directora, si bien condicionó el futuro político de Ana María Díaz al resultado del juicio de ayer, pendiente de sentencia.

La directora de Traballo sólo admite que esta mujer fue empleada doméstica de su hermano pero niega cualquier vinculación laboral de la trabajadora con el negocio familiar. Tanto la madre -que se presentó como una pensionista- como el hermano respaldaron esa tesis, contradiciendo las pruebas testificales y fotográficas presentadas y juzgadas meses atrás que situaban a Dolores Seco como empleada del restaurante que explota la familia de la directora general. "Queda claro que son ellos los que mienten", resumió el letrado de CIG, que representa a la trabajadora. Dos delegadas del sindicato testificaron que el lunes siguiente al despido se presentaron en el local buscando al propietario. Ambas declararon que fue Ana María Díaz quien salió a recibirlas y, tras presentarse como abogada, les comunicó que tanto Dolores como su hija Yolanda -las dos sin contrato- estaban despedidas.

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Pertrechada tras sus abogados, la directora general rehusó ayer hacer declaraciones. Exige una multa de 20 días a razón de seis euros diarios para la trabajadora, a la que acusa de calumniarla. Una hora después del juicio, el jefe de gabinete de la conselleira de Traballo, Miguel Tellado, llamó a esta periodista cuestionando las informaciones publicadas por EL PAÍS, que tildó de "campaña lamentable y sin rigor", y para manifestar que "el juicio está ganado".

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