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Un edificio se desploma en el centro de Ferrol, el segundo en 20 días

Un piso del inmueble cayó sobre el local comercial de la planta baja

El suelo del segundo piso de un edificio de cuatro alturas se desplomó ayer sobre la planta baja, un local comercial que alberga una tienda de máquinas de coser en la calle Real de Ferrol, en pleno centro de la ciudad. El encargado del negocio estaba dentro junto a un cliente. En cuestión de segundos, enormes trozos de cemento, ladrillo y cornisa inundaron el local y levantaron una espesa nube de polvo blanquecino. Ambos lograron evitar los cascotes y salieron ilesos, al refugiarse en la parte trasera de la habitación, cuyo techado resistió el hundimiento. Minutos después, abandonaron el local por su propio pie y alertaron a los bomberos.

Es el segundo edificio que se desploma en el centro de la ciudad naval en 20 días y la preocupación de los ciudadanos sobre el casco histórico de Ferrol va en aumento. El Ayuntamiento señala a los propietarios como los únicos responsables del deterioro urbanístico al incumplir la ley y descuidar su patrimonio. El alcalde socialista, Vicente Irisarri, aseguró que el Gobierno local ya ha tramitado una denuncia judicial contra el propietario único del inmueble. Este se negó durante año y medio a que los técnicos inspeccionaran su propiedad como parte de un proyecto que arrancó en 2008 para examinar los edificios antiguos y frenar la ruina urbana.

El Ayuntamiento señala a los dueños como responsables del abandono

El último desplome se produjo ayer a las once y cuarto de la mañana, en el número 227-229 de la calle Real, a pocos metros de la plaza de Amboage. Afectó a un edificio con balaustradas metálicas y molduras de madera, víctima de las humedades y el abandono. La fachada del edificio estaba recubierta por una malla verde para evitar desprendimientos. Los cuatro pisos se encontraban deshabitados, pero en la planta baja resistía una antigua tienda de Sigma, de reparación de máquinas de costura. El forjado que separaba las plantas primera y segunda se derrumbó en cascada sobre la baja. Según Aureliano Bacelo, cabo de los bomberos de Ferrol, el desplome tuvo un "efecto dominó".

Irisarri, tras visitar la zona, no ocultó su malestar por el hecho de que un propietario, en "una situación económica buena", haya descuidado el inmueble y puesto "todas las trabas" para evitar la entrada de los técnicos hasta que "la vivienda se vino abajo". Bacelo y el arquitecto comprobaron que la lluvia y la falta de mantenimiento en el edificio habían causado graves estragos. El Ayuntamiento reclamará el propietario el coste de apuntalar el inmueble.

GABRIEL TIZÓN
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Tres dueños acaparan 240 casas

Los desplomes a pequeña escala y, por ahora, sin consecuencias graves, se están convirtiendo en habituales en los barrios de A Magdalena y Ferrol Vello, en el corazón de la ciudad naval. El pasado 14 de diciembre, la fachada de la cuarta planta un edificio se desplomó de madrugada sobre la calle Cataluña, junto al centro de salud de la plaza de España. Dos años antes, en 2008, parte de otro inmueble de la calle Magdalena se derrumbó sobre la vía pública y sepultó un coche. Nadie resultó herido. Aquel primer derrumbe hizo saltar las alarmas sobre el estado del centro histórico de Ferrol.

Ese mismo año el ayuntamiento puso en marcha una ITV para edificios viejos a través del Colexio Oficial de Arquitectos de Galicia y redactó dos ordenanzas: una para la Inspección Técnica de Edificios (ITE) y otra para un registro de solares a fin de expropiar a los propietarios irresponsables. Según el Gobierno local, uno de los problemas que explican el deterioro urbanístico de la ciudad es el reparto de las propiedades y la pasividad de sus titulares. El edil de Urbanismo de Ferrol, Ángel Mato, calcula que 240 edificios del centro están en manos de solo tres propietarios. Los pisos no se acondicionaron. Cañerías y redes eléctricas quedaron anticuadas y el centro se fue despoblando por el mal estado de los locales y el coste de las rentas. La ruina campa por señoriales edificios del siglo XVIII.

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