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Reportaje:

La educación sentimental de Molina

La ministra de Educación confirma al de Cultura el traslado a A Coruña del Museo de la Ciencia

La ministra de Educación, Mercedes Cabrera agilizará el traslado del Museo Nacional de la Ciencia de Madrid a A Coruña, ya prometido por José Luis Rodríguez Zapatero en la campaña que lo hizo presidente, pero todavía no concretado. "Hablé con ella en el último consejo de ministros ordinario y mostró su disposición. La llamaremos en cuanto podamos para comunicarle la situación definitiva del edificio que le cede la Diputación. Creo que pronto podemos comenzar, aunque esto no depende de mí", manifestó ayer el titular de Cultura, César Antonio Molina. Esta es, a la espera de que alguien le pregunte las razones de no encontrarse con su homóloga gallega, Ánxela Bugallo, la noticia del segundo de los tres días de vista institucional a Galicia del ministro de Cultura. Sin embargo, la jornada de ayer fue, más que el desarrollo de la agenda, otra vuelta de tuerca en la relación de Molina con su ciudad natal.

"La lengua marca lo que somos y es la que nos representa en el mundo", dijo el ministro

Ajeno a la parafernalia de las visitas importantes, que en ocasiones incluye desfile de Harley Davidson municipales, Molina acudió andando a su primera cita, el Palacio de María Pita. Y no sólo porque, como comentó él mismo, viva al lado. En realidad, recordó el alcalde Javier Losada, el escritor es una presencia habitual en la casa consistorial coruñesa. Ya en 1986 colaboró con el gobierno local en la celebración del centenario de Salvador de Madariaga. El año pasado, la pisó de nuevo para entregar al Ayuntamiento las cenizas de su tío abuelo, César Alvajar, muerto en el exilio, y que en abril de 1931 fue el que izó en el balcón de María Pita la bandera tricolor, ayudado por su hermano Antonio, el abuelo del ministro. "Todo lo que soy se lo debo a esta ciudad y a Galicia", señaló Molina. "Hoy nos sentimos todos un poco ministros", enfatizó Losada, después de recordar que el anterior coruñés miembro del Gobierno español fue Santiago Casares Quiroga, presidente de la República en 1936.

Después, desde la sede de la Diputación, llamó a la ministra Cabrera para recordarle lo del Museo de la Ciencia. En materia de traslados, la institución provincial está ya recibiendo y catalogando los cerca de 50.000 volúmenes de la biblioteca personal de Molina, que en abril de 2005 él y su mujer, la escritora Mercedes Monmany, decidieron donar sin contraprestación alguna. Dos meses antes, recién nombrado director del Instituto Cervantes, firmó con la Real Academia Galega un convenio para difundir en sus centros la cultura y el idioma gallegos. "La lengua que marca lo que somos y la que nos representa en el mundo", señaló ayer ante el presidente de la RAG, Xosé Ramón Barreiro, que lo recordó trabajando en la biblioteca de la Academia para preparar su tesis doctoral.

El ministro de Cultura visitó finalmente la casa de Casares Quiroga, recién restaurada. Acto seguido, celebró un almuerzo privado con las autoridades locales, entre ellas el ex alcalde Francisco Vázquez. "Fidelidad" y "lealtad" comprometió el ministro en los libros de oro que ayer firmó.

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