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Reportaje:

El ensayo en imágenes de Pasolini

Una muestra repasa en A Coruña la obra del comprometido cineasta y poeta

Una exposición con material fotográfico y sonoro casi inédito permite en A Coruña acercarse desde una nueva e interesante perspectiva a la obra del cineasta y escritor italiano Pier Paolo Pasolini (Bolonia, 1922-Ostia, 1975). A través de los diarios sonoros, manuscritos e imágenes, que el artista, también poeta y ensayista, fue registrando durante el rodaje en 1962 de su segunda y aclamada película, Mamma Roma, así como de apuntes personales, el guión original y fotografías del polémico largometraje que realizó al año siguiente, La Rabbia, la Fundación Luís Seoane pretende "retomar la figura de Pasolini como un teórico fundamental" del cine, cuenta el comisario de la muestra, José Manuel Mouriño.

"Su obra sigue hoy siendo vanguardista", defiende el comisario de la exposición

"Pasolini fue un ensayista cinematográfico cuya obra sigue siendo vanguardista, con una fuerza que aún hoy alimentan la creación de muchos artistas contemporáneos", afirma Mouriño. Contó para esta exposición, abierta hasta el 10 de abril, con la importante colaboración del también cineasta y crítico Carlo di Carlo, que conserva un importante archivo del realizador italiano del que fue, además de amigo, ayudante de dirección en varias películas.

Cuando fue presentada en Venecia, Mamma Roma obtuvo un éxito inmediato de crítica y de público. Durante el rodaje de la historia de una ex prostituta, interpretada por Anna Magnani, que se convierte en verdulera para rehacer su vida junto con su hijo, Pasolini fue grabando diarios de trabajo y escribiendo notas de que conforman el eje central de esta exposición. Algunos de esos apuntes nunca habían sido difundidos. Y también hay escritos de Magnani sobre los diálogos que tenía en la película. La sección dedicada a esta película incluye 90 fotografías realizadas por Angelo Novi durante el rodaje del film.

Más compleja y polémica fue la historia de La Rabbia que Pasolini escribió y dirigió en 1963 por encargo de un productor, Ferranti, que quería hacer una película sobre un marciano que baja a la Tierra con la base de Mondo libero, el noticiario italiano de la guerra fría. Pero Pasolini, aterrado por "la banalidad" y el fascismo de aquel material, aunque fascinado por la belleza de algunas de las imágenes, decidió "inventar un nuevo género cinematográfico" y realizar "un ensayo ideológico y poético sobre los acontecimientos de la última década", los cuarenta.

La exposición en la Seoane recoge, además de fotografías del rodaje y montaje de una "película-documental" en verso, los apuntes e indicaciones personales del cineasta durante los meses de un "agotador pero logrado trabajo". "Es un joya del cine, muestra la voluntad de Pasolini de ensayar con las imágenes", destaca Mouriño. Pero no fue para nada la opinión del productor, quien asustado por el izquierdismo y la crítica feroz de la burguesía que recogía la cinta, encomendó una segunda parte a un burgués de derechas, Giovanni Guareschi. Enfadado, Pasolini retiró su firma de la película.

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Pier Paolo Pasolini (con gafas, el segundo por la derecha), en un rodaje.
Pier Paolo Pasolini (con gafas, el segundo por la derecha), en un rodaje.

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