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Oleada de incendios en pleno otoño

Los equipos de extinción tardaron 78 minutos de media en acudir a los fuegos de Ourense

Partes de Medio Rural constatan la lentitud del dispositivo el pasado fin de semana

En plena crisis incendiaria en la provincia de Ourense, entre los días 14 al 19 de octubre, el dispositivo de extinción del Gobierno gallego tardó de media una hora y 18 minutos en llegar a cada uno de los 219 fuegos, según la documentación oficial de la Consellería de Medio Rural que obra en poder de EL PAÍS. Durante esos días clave en que, a falta de datos definitivos, ardieron 5.342,66 hectáreas (sin contar la superficie arrasada en los incendios más devastadores de Lobios, Manzaneda y Laza que quemaron aproximadamente otras 4.000 más) el operativo de la Xunta demoró su llegada a los montes ourensanos como no lo había hecho en la última década.

El tiempo medio de reacción del operativo durante ese fin de semana crítico no resiste siquiera comparación con la catástrofe de 2006, cuando con el bipartito ardieron 77.000 hectáreas en la primera quincena de agosto. Entonces, con la fachada atlántica en llamas y 1.937 fuegos en 13 días, el promedio de tiempo respuesta fue de 28 minutos. La lentitud del dispositivo ha sido una constante en octubre y se fue agravando a medida que las llamas avanzaban sin control por el Macizo Central ourensano

Medio Rural admite que no hay estudios que avalen el 90% de intencionalidad
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Entre los días 1 y 19 de octubre cuando se originaron 670 fuegos en los montes ourensanos, los primeros efectivos en llegar a cada punto emplearon 42 minutos. Una eternidad, si se compara con lo que sucedió en esos mismos bosques hace un año, cuando entre el 1 de agosto y el 4 de septiembre se repitieron 236 incendios, y el tiempo de reacción fue de 15 minutos.

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Fuentes de la lucha contra el fuego aseguran que lo único que cambió este otoño fue la retirada de las cuadrillas por parte de la Consellería de Medio Rural.

El director general de Montes, Tomás Fernández-Couto, admitió ayer a este periódico la veracidad de estos datos pero explicó que son muchos los factores que los explican. Defendió que su departamento mantuvo, pese a la llegada del otoño, 300 brigadas operativas (en temporada alta suelen ser 500) "que serían más que suficientes si no se disparase la actividad incendiaria", y que influyó también "la orografía del terreno donde se concentraron los focos, además de que algunos pozos de abastecimiento de agua estuviesen secos y las dificultades para despegar de aviones y helicópteros en las complicadas condiciones meteorológicas". Añadió, para abundar en la tesis del Gobierno sobre el origen criminal de las llamas, que más de la mitad de los focos se originaron en octubre por la noche (según las estadísticas internas que maneja Medio Rural, el 52%).

Precisamente ayer, el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, volvió a insistir, tras la reunión de su Gobierno, en que se está produciendo una actividad incendiaria sin precedentes. Con gesto rotundo, defendió que "este Gobierno no miente con los incendios" y afinó hasta cifrar los intencionados en el 88%, muy cerca del 90%, que han apuntado estos días tanto el conselleiro, Samuel Juárez, como el propio Fernández-Couto. Nadie de su Ejecutivo explicó ayer qué estudios avalan semejantes estadísticas, puesto que los informes que maneja la consellería realizados por los agentes forestales -y a los que también ha tenido acceso EL PAÍS- sostienen que solo 79 de los 219 fuegos desatados entre el 14 y el 18 de octubre en Ourense fueron provocados, un 28,31%.

Si se toma como referencia el intervalo del 1 al 19 de octubre, los informes internos del Gobierno apuntan a que de los 670 fuegos en Ourense, donde estaba el epicentro de la crisis, 346 fueron intencionados, con lo que el porcentaje sube hasta el 51,6%, una cifra muy alejada de las que manejan en sus comparecencias públicas Feijóo y la cúpula de Medio Rural, y que les ha llevado a determinar que la actividad delictiva de este octubre no tiene precedentes, al tiempo que reclaman más detenciones a las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado.

Consultado por este diario, el responsable de Montes no negó que los informes que cita EL PAÍS existan y sean ciertos, pero apunta que "son provisionales, fruto del examen sobre el terreno de los agentes forestales y que no son definitivos". Y explicó que si a los partes donde los agentes de Medio Rural apuntan esos indicios de intencionalidad se suman otros en los que no se determinan causas concretas, el porcentaje de fuegos provocados se incrementa notablemente.

Fernández-Couto admitió que su departamento no dispone aún de ningún otro informe que puedan ratificar esas cifras del 90% de intencionalidad, pero mantuvo que su equipo está convencido de que no más del 10% de focos en pleno mes de octubre obedecen a otras causas que no sea la intención deliberada de quemar. Así que la tesis que repiten los altos cargos de Medio Rural y el propio presidente estos días toma como base la siguiente impresión general: "La concentración de focos en tan poco tiempo, la mayoría por la noche, sin que haya otra justificación ya que las quemas siguen prohibidas y no ha habido tormentas secas. Esta intensidad brutal, con ayuntamientos donde se prendió 57 veces, no tiene otra explicación. Estoy convencido de que el 90% fueron provocados. Es cierto que son apreciaciones, pero de todos los años que llevo trabajando [se trata de un experto con dos décadas de experiencia en esta tarea] es lo que pienso, y también mi equipo".

Fernández-Couto, como antes había hecho Feijóo, certificó que en este mes se han producido 1.635 fuegos y se mostró muy crítico con un dato erróneo publicado ayer por este periódico, que rebajaba esa cifra a 670, los que se originaron en el mismo período en los montes de Ourense. La información afirmaba que los partes de la Xunta aludían a toda Galicia, cuando en realidad tomaban como base únicamente lo sucedido en la provincia ourensana. "Es una información falsa que deben rectificar", exigió a este diario.

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