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Reportaje:

Las exportaciones pierden fuelle

Galicia amplía la brecha con España

María Fernández

Si el comercio exterior es uno de los mejores indicadores de la salud de una comunidad, la gallega debería tomarse unas vitaminas. Lleva tres años perdiendo posiciones respecto a otras regiones y aunque en 2010 las cosas pintan mejor (los últimos datos oficiales abarcan los nueve primeros meses del año) por el alza del 10% de las ventas al exterior, las zonas que ocupan los primeros puestos (Cataluña, Madrid, Andalucía, Valencia y el País Vasco) van más rápido: algunas aumentan más del 20% su facturación con clientes extranjeros. El resultado es que la brecha se amplía y que Galicia ya no es ni la cuarta ni la quinta comunidad española por volumen de exportaciones, -algo de lo que llevaba presumiendo una década-, sino la sexta.

El último peldaño lo bajó en 2008 y un año después registró su peor semestre de los últimos doce. La "culpa" es que no hay una verdadera base de empresas netamente exportadoras, sino tres o cuatro sectores que hacen de locomotora del resto. Cuando pinchan, como ocurre en estos momentos, la cadena se desmorona sin que ningún nicho pueda reemplazarlos. Esas empresas gacela en términos de exportación han estado tradicionalmente en la automoción (Citroën), el textil (Inditex), la construcción naval (por el dinamismo de la construcción privada) y en la pesca (Pescanova y una larga lista de procesadoras de congelados). Lo que subyace es un desequilibrio enorme entre una parte del tejido empresarial muy enfocado al exterior (además del mencionado, el de la piedra natural, los combustibles o la celulosa) y el resto, un maremagno de miles de empresas que siguen sin atreverse a poner un pie fuera de España.

Una de las voces que llamó la atención sobre esa diferencia fue la de Maria Dolores Loureda, ex asesora del Banco Mundial que desembarcó en 2003 en la dirección territorial de Comercio. Su apuesta fue la de estimular las ventas a los países del Este, que por aquel entonces estaban a punto de entrar en la Unión Europea y de recibir fondos de pre-adhesión y estructurales. También lo hizo su sucesor, Javier Tena, y también lo intentan las Cámaras de Comercio, unas instituciones que, si bien tienen el agua al cuello desde hace un mes por el anuncio de la supresión de cuotas obligatorias, han trabajado durante los últimos 20 años para intentar que las pymes venzan el miedo a los impagos, los aranceles, los idiomas y la competencia, que es más dura cuanto más se globaliza la economía.

Después de dos años con pocas alegrías, el comercio exterior en España avanzó en 2010, de media, un 17%. Galicia se anotó unas ventas de 9.600 millones, de los que más de 3.000 correspondieron al sector de la automoción (Citroën y sus auxiliares), que colocó en el extranjero un 2% menos de productos. No le fue muy bien a otro pilar de la economía gallega, las manufacturas textiles (con Inditex a la cabeza), que registraron un leve retroceso. El pescado y los elaborados (conservas y congelados) ocuparon la tercera posición en el ránking seguidos de combustibles y barcos, en especial por las últimas entregas de los grandes astilleros como Barreras o Freire.

Francia, Portugal, Italia, Países Bajos y Reino Unido, todos ellos miembros de la UE, son los principales socios comerciales de las empresas gallegas. Fuera del continente los primeros puestos se los llevan Marruecos, Estados Unidos, Turquía y, más rezagado, Brasil, donde se han intensificado los contactos. Un ejemplo es el del sector naval vigués, que, con unas ventas en caída libre y ante la amenaza de 50 suspensiones de pagos, se ha volcado en el país presidido por Dilma Rouseff con la apertura de una oficina y la instalación de ocho empresas en Río de Janeiro. Más difícil lo tienen las sociedades para instalarse en China,que todavía es el socio comercial número 19 de Galicia.

Equilibrio en la balanza

La buena noticia del comercio exterior es que la balanza comercial gallega sigue equilibrada. Las importaciones están unos mil millones por debajo de las exportaciones (hasta septiembre) y durante la crisis han moderado su crecimiento.

La comunidad autónoma necesita del exterior combustibles, piezas de automóviles, productos pesqueros, ropa, productos de fundición y maquinaria de todo tipo. La pregunta ahora es ¿qué va a pasar en 2011? El último informe del Consejo Superior de Cámaras de Comercio habla de un moderado optimismo en la recuperación. Aunque dos ejes de la economía gallega, el automóvil y la construcción naval, seguirán con serios problemas.

En cuanto a los incentivos públicos a las exportaciones, la Consellería de Economía ha decidido ceder la gestión de sus cinco oficinas en el extranjero a la Confederación de Empresarios de Galicia, que se encargará desde ahora de contratar a los técnicos y gestionar 18 millones de euros en los próximos cuatro años para abrir otros 14 centros en el exterior.

Javier Álvarez Barbeito, actual secretario del Igape y ex asesor de la CEG, supervisará el cumplimiento del programa. La patronal asegura que ya ha comenzado a trabajar en las 14 aperturas previstas.

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Sobre la firma

María Fernández
Redactora del diario EL PAÍS desde 2008. Ha trabajado en la delegación de Galicia, en Nacional y actualmente en la sección de Economía, dentro del suplemento NEGOCIOS. Ha sido durante cinco años profesora de narrativas digitales del Máster que imparte el periódico en colaboración con la UAM y tiene formación de posgrado en economía.

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