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Las fotografías de Andrei Tarkovski, en A Coruña

En una nueva y curiosa aproximación a la encumbrada obra cinematográfica del director ruso Andrei Tarkovski, la Fundación Luís Seoane de A Coruña expone desde ayer una colección completa de fotografías realizadas por el famoso cineasta entre los años 1979 y 1984. Son imágenes en claroscuro y tonos verdosos tomadas con una polaroid en las cercanías de su dacha o en diversos lugares de su país de exilio, Italia. La muestra fue concebida tanto para los admiradores del realizador de Solaris y La infancia de Iván como para quienes deseen descubrir el cine de este ruso fallecido en París en 1986. La idea es proporcionar una óptica nueva sobre películas consideradas de culto.

El hijo del cineasta, también llamado Andrei Tarkovski, destacó en la inauguración, ayer, de la exposición que será la penúltima ocasión de ver esta colección de instantáneas dada la fragilidad de las polaroids y la ausencia de negativos para preservar y copiar estos testimonios fotográficos. Es la primera vez que son exhibidas en España, e incluyen una veintena de imágenes que fueron encontradas hace muy poco tiempo.

La muestra ofrece una óptica nueva sobre películas de culto

La muestra incluye una instalación audiovisual sobre la película Nostalgia, la primera que Tarkovski rodó en el extranjero, precisamente en esos años en los que realizó esta colección de 80 fotografías, así como un dibujo inédito de gran tamaño que el cineasta realizó a escala para construir la reproducción de su hogar ruso, que aparece en varias secuencias de ese largometraje. Tarkovski se instaló en Suecia justo después del rodaje de Nostalgia, cansado de pelear con la censura soviética. Allí pudo desarrollar su testamento fílmico, Sacrificio, con Sven Nykvist como director de fotografía, entre otros colaboradores de Ingmar Bergman.

Son documentos "con un marcado carácter autobiográfico", según destacó Tarkovski hijo. Las tonalidades, personajes, luces y crepúsculos con niebla reflejan "el universo muy singular" del cineasta, añadió el director de la Fundación Seoane, Alberto Ruiz de Samaniego. "Dibuja un espacio de nostalgia en el que Tarkovski habla de su tierra de un modo maternal", indicó. Poesías de su padre, Arseni Tarkovski, y reseñas de su propio diario acompañan las imágenes.

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