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La guardería de Ferrol reorganiza su personal para que la monitora no esté sola con 14 bebés

Las trabajadoras de la guardería de Catabois, en Ferrol, están desbordadas tras la marcha de una profesora del aula de bebés, cuyo contrato expiró hace unos días. Su marcha dejó a su compañera al cargo de dos aulas con 14 bebés de uno a 18 meses, aun cuando la ratio autonómica fija un máximo de ocho por cuidador. La Consellería de Traballo e Benestar, de la que depende la escuela, asegura que a partir de septiembre cubrirá la plaza vacante en el centro y, hasta entonces, los responsables de la guardería anuncian que reorganizarán el personal para que la monitora no atienda en solitario a los 14 bebés. La Xunta esgrime que a finales de este mes disminuye el número de niños que asisten al centro.

La directora del centro, Lucía Paz, aseguró ayer que ninguna profesora se ha quedado sola hasta el momento al cuidado de tantos niños. Las trabajadoras de la guardería lo desmienten. Dicen que ha ocurrido a menudo, no durante toda la jornada pero sí en momentos concretos -incluso horas-, a lo largo de las últimas semanas.

Molesta por las críticas de un sindicato que denunció que faltaba personal, la directora de la guardería de Catabois sostiene que ningún bebé ha quedado desatendido. Admite que el cuadro de personal está muy ajustado y señala que reorganizará la plantilla para cubrir el hueco dejado por la cuidadora a la que la Xunta no reemplazará hasta septiembre.

A la guardería de Catabois van 72 alumnos de 0 a 3 años, y el próximo curso, llegarán 35 más. Cuenta con seis aulas organizadas por grupos de edades, cinco profesoras y una persona de apoyo. Esta última se ocupará de un grupo de bebés, mientras que la directora ayudará en las comidas y siestas, y realizará las sustituciones hasta agosto, mes en el que la escuela cierra por vacaciones.

La solución que plantea la dirección no convence a la parte sindical, que reclama más educadores para el centro. "La Xunta hace contratos por nueve meses pero trabajamos doce. Se ahorran el dinero y les hacemos el trabajo", critica la delegada de CC OO, Avelina Rivera. La sindicalista explica que el personal "voluntariamente" echa una mano con los más pequeños para capear una situación que deriva de la falta de previsión del Gobierno gallego.

En el curso 2005-2006, la Xunta amplió el número de plazas para bebés, que pasó de 8 a 16, pero no reforzó la plantilla con un Texi (Técnico Especialista en Xardín de Infancia). Durante los últimos cinco años, esa plaza vacante se ha cubierto con contratos temporales por acumulación de tareas. Rivera, cocinera en el centro, remitió su denuncia a la Inspección Provincial de Trabajo. Ayer mismo, una inspectora de la Consellería de Traballo realizó una visita a la guardería ferrolana.

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