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"Mi hijo merece atención, yo también pago impuestos"

Los sindicatos denuncian que el recorte de profesorado se ceba en el alumnado con necesidades especiales

Desde Gondomar hasta Brión, desde la educación primaria a la secundaria. El curso 2010/2011 se está caracterizando por las protestas de los centros que no ven cubiertas sus necesidades de personal. Los sindicatos alertan de que la mayoría de los recortes afectan al alumnado con necesidades especiales. Las asociaciones de padres (Anpas) se dan cita ante colegios e instituciones en un frenesí de cacerolas. Los equipos directivos dimiten. Mientras, en las aulas, los chavales siguen desatendidos.

Uno de los casos más graves se localiza en Brión, con tres profesores menos que el curso pasado. Además, se ha eliminado una plaza de Pedagoxía Terapéutica a tiempo parcial y este año solo cuentan con una profesional de esta especialidad. En el centro hay 16 alumnos con problemas de aprendizaje que necesitan el apoyo de un especialista. Entre ellos hay tres casos particularmente graves que se tienen que tratar aparte. "Si nos centramos en atender a estos tres chavales tenemos que descuidar a los otros 13", explica el director, Luciano Fernández. Por este motivo, los tres chicos están la mayor parte del tiempo sin atender o asistidos por profesores de otras materias que voluntariamente les dedican sus horas de guardia. En el caso de que tengan que cubrir esa guardia, los niños permanecen en un aula de unos treinta alumnos sin poder seguir la clase.

El IES de Brión tiene tres alumnos con problemas que están desatendidos

"De las 32 horas que se pasa mi hijo en el instituto cada semana solo durante diez está bien atendido", lamenta una de las madres del instituto de Brión. Prefiere no dar su nombre porque no quiere enfrentarse directamente con nadie y que esto repercuta en su hijo, que necesita apoyo de especialistas.

"Me siento traicionada por la Administración, me venden una historia de atención a la diversidad y me encuentro con esto", explica la afectada. Asegura que si no ha cambiado al chico de centro es porque cuenta con la buena voluntad de los profesores y porque su hijo está integrado en la vida del instituto: "No me interesa llevarme a mi hijo a un centro para discapacitados, mi principal preocupación es que se integre en la sociedad y sepa vivir en comunidad. Eso debería ser compatible con una buena atención porque yo también pago impuestos".

Según el equipo directivo, la reducción se debe a motivos económicos sin tener en cuenta criterios educativos. De este modo, se pasó de tener tres grupos de segundo de ESO a tener solo dos con 30 alumnos cada uno. "La ratio se cumple, pero dentro de esas aulas hay niños con problemas de aprendizaje que quedan desatendidos. Para la Xunta mi hijo es un número más, sin tener en cuenta sus particularidades", se queja una madre.

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La dirección del instituto ya tomó medidas a principio de curso. El equipo directivo al completo anunció su dimisión por "la imposibilidad de poder llevar a la práctica el proyecto educativo que se venía aplicando hasta ahora con éxito". Aun así, siguen al frente del centro porque desde la Xefatura Territorial de Educación aún no han contestado al texto que enviaron anunciando su dimisión. El director señala que no se trata de un caso aislado, sino que es la tónica que se repite en buena parte de los centros educativos.

Los colegios de Primaria también notaron el recorte. Uno de ellos es el CEIP Chano Piñeiro de Gondomar, que pasó de tener una profesora de Audición e Linguaxe compartida con otro centro a compartirla con dos. Antes permanecía en el colegio tres días a la semana, pero ahora solo está un día. Los que más lo necesitan reciben 50 minutos semanales; los que menos, 20. "No se puede trabajar en aspectos del lenguaje con tan poca frecuencia, y más cuando se trata de niños. Se necesita constancia. Ponerles una especialista un día a la semana es una forma de decir que los niños están atendidos, pero en realidad no lo están", lamenta la orientadora del colegio.

Educación no aclara los datos de la reducción

Los números de este recorte de profesorado no están nada claros y los sindicatos se quejan de que no reciben los datos concretos por parte de la consellería. Según las cifras facilitadas por los centros, el Sindicato de Traballadores do Ensino de Galiza (STEG) estima que la reducción en secundaria y bachillerato ronda los 800 puestos. CIG Ensino calcula unos 600 docentes, en función de los interinos que se han quedado en el paro. El propio conselleiro de Educación, Jesús Vázquez, reconoció refiriéndose a la Educación Secundaria, que este curso habría 300 profesores menos. En Primaria el recorte también es significativo: 200 docentes según el STEG y más de un centenar según la CIG Ensino. Con respecto al alumnado, los sindicatos apuntan que "no se ha producido ninguna reducción, más bien todo lo contrario".

En cuanto a los especialistas de Pedagoxía Terapéutica (PT) y Audición e Linguaxe (AL), el recorte es más difícil de cuantificar, pues estos docentes se solicitan en función de las necesidades de cada centro. La CIG ofrece unos datos que pueden ser representativos: solo en la comarca de Compostela hay 26 docentes menos, de los cuales más de la mitad eran especialistas de PT y AL. "Estamos ante un fenómeno sin precedentes, nunca ha imperado el recorte de este modo", explica Anxo Louzao, secretario nacional de CIG Ensino. EL PAÍS solicitó a la Consellería de Educación los datos concretos en varias ocasiones sin obtener respuesta.

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