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Columna
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De hoxe nun ano

La sabiduría popular y algunos economistas maliciosos propagan por ahí que un politólogo es alguien que viene a colocarte una encuesta al día siguiente para averiguar por qué no acertó el día anterior. Para que comprueben efectivamente cuánto nos equivocamos y para no agotarles con otro análisis discerniendo si hay más luces o sombras en el primer año de la Restauración Popular, intentaré un ejercicio de prospección sobre lo qué puede avecinarse de hoxe nun ano, cuando celebremos el siguiente aniversario, considerando los buenos momentos que vivimos juntos hasta hoy.

Empezando por la política económica, Feijóo seguirá comprobando cómo su triunfo se debió más al cuantioso desgaste que la crisis inflige sobre quién gobierna que al Consorcio o el audi. De hoxe nun ano, rezará para que escampe. Mientras, procurará controlar el gasto para hacer frente al déficit asumido para limitar la recesión, pospondrá sus promesas de rebajas fiscales para mitigar la caída de la recaudación y estimulará la demanda con incentivos como las ayudas al automóvil o el Plan G, la versión feijoniana del plan E: millones para que los ayuntamientos hagan obras. Como ya imaginarán, cualquier parecido de tan brillantes recetas con la política errática de Zapatero es pura coincidencia.

El desmontaje de la política social conduce a una espiral de servicios caros y de mala calidad

¿Y las cajas? Tramitado el acuerdo con Madrid y acomodado el PSdeG en la foto como actor de reparto con frase, de hoxe nun ano, estaremos asistiendo a vibrantes piruetas dialécticas para explicarnos cómo la "galleguidad" es un sentimiento universal, o cómo la "solvencia" pasa por una fusión con una gran caja. Por descontado, Feijóo garantizará con su palabra que eso no afectará a la "galleguidad" de las decisiones, el BNG convocará manifestaciones en defensa del sistema financiero gallego y Pachi Vázquez llamará a Blanco para ver cómo entrar en el reparto, otra vez con frase. Si se mantiene el desacuerdo, será aún mucho más fácil. Toda la culpa de la inevitable absorción por fusión recaerá sobre los socialistas. Entre tanto, apartado de los focos, continuará el implacable desmontaje de la política social del bipartito. Nos encaminamos inexorablemente a repetir un ciclo ya vivido durante la era Fraga con consecuencias desastrosas. Alguien en el sector privado cree ver un gran negocio en los servicios del bienestar. Alguien en el sector público cree ver un gran ahorro en su subcontratación licitada a precios temerarios. El resultado es una espiral imparable de mala calidad y sobreprecios como norma general. Finalmente, cuando se comprueba que el bienestar no es negocio, el servicio retorna a lo público con costes y problemas añadidos.

En el asunto del idioma, de hoxe nun ano, estaremos donde estábamos antes de que el PP nos descendiera a la Liga de los países con problemas lingüísticos. Enseñanza al 50% y la Administración elige. Tanto jaleo y malestar social, tanto sumarse a los relatos de terror lingüístico de los medios de Madrid, para volver al principio. Tanto lío para que donde el bilingüismo era armónico, ahora se llame cordial, le preguntarán algunos. Pero no tendrá que contestar porque ya dará igual y todos coincidiremos en que aquí ni hubo, ni hay, ni habrá imposición alguna. El ritmo viajero del Feijóo on Tour 2009 se redoblará. El Feijóo Back on Tour 2010 promete declaraciones aún más ingeniosas y nuevas conferencias en sitios finos. Si hay algo cierto es que, de hoxe nun ano, Feijóo seguirá siendo un excelente candidato. La incógnita es si mejorará como presidente.

¿Y la leal oposición? En el socialismo cabe pronosticar nuevos episodios de guerra de nervios entre los candidatos a liderar lo que quede del PSdeG. Caamaño, Blanco o Pachi, hagan sus apuestas. Pero no tendremos ganador hasta que votemos en las generales. En el nacionalismo, el control absoluto de la UPG seguirá alimentando el lento proceso de decantación que va llevando a una parte de sus activistas y votantes al convencimiento de que no hay sitio para ellos en el actual proyecto del BNG. De hoxe nun ano, como dice Burt Lancaster en El Gatopardo, habremos cambiado algo para que todo siga igual. La derecha mandando. La izquierda y el nacionalismo volviendo a empezar.

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