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Reportaje:

Las tres lenguas de Burela

El instituto Perdouro de Burela impulsa un modelo único de planificación lingüística en el municipio. Acaban de recoger la experiencia en un documental

Sólo las ciudades de Santiago y Ferrol cuentan, en Galicia, con planes de normalización lingüística. Desde el 24 de abril del pasado año, los 12.500 habitantes de Burela, en A Mariña lucense, también han ordenado sus estrategias colectivas respecto a los idiomas. Pero a través de un Proxecto de Planificación Lingüística. "El matiz es importante", explica el profesor del instituto Perdouro Bernardo Penabade, "porque incluye un plan de normalización, pero se basa en alcanzar competencia en tres idiomas". La iniciativa surgió en el centro educativo, fue aprobada en pleno municipal por unanimidad y ahora se explica en un documental de 66 minutos, Modelo Burela, dirigido por Matías Nicieza.

Aunque el 86% de los jóvenes habla gallego, la lengua de prestigio es el castellano
Encontraron un recordatorio de comunión de 1974 en gallego en el cuartel

"Nuestro gran reto", señala Penabade, "reside en solucionar la diglosia brutal de la juventud". Con un mapa sociolingüístico donde el gallego aparece en inmejorable situación -el 86% de la mocedad burelense habla en gallego-, los promotores del modelo Burela, el departamento de Lingua e Literatura Galega del Perdouro, constataron que, entre los chavales de Burela, había una lengua de prestigio. Y era el castellano. "Decidimos transformar el entorno lingüístico de los chavales y cambiar su valoración del gallego". Se cumplían entonces, 2005, treinta años de la entrada en la enseñanza de la lengua de Galicia.

"En la campaña conmemorativa, hicimos ver que sólo dos lápidas del cementerio estaban escritas en gallego, que sólo ocho de las 1.500 comunidades de vecinos usaban el idioma, un uso anecdótico en las esquelas...", enumera Penabade. Revertir un imaginario que jerarquizaba las lenguas se convirtió, así, en el objetivo principal del Proxecto de Innovación. Y para ello, se dispusieron a buscar. "Pusimos como modelos a aquellas personas que destacaban en el uso escrito del gallego", explica, "y enviamos a los chavales a procurar documentos privados escritos en gallego: escrituras, documentos de compraventa, recordatorios de boda, testamentos...".

Poco a poco, comenzaron a emerger las sorpresas. Bernardo Penabade, que presidió la Associaçom Galega da Língua (AGAL), asegura que muchos tópicos sociolingüísticos, instalados desde hace décadas, se vinieron abajo. "El primer recordatorio de primera comunión escrito en gallego de Burela data de 1974", apunta. Pero lo curioso de ese afiche confesional era el lugar donde se encontró: el cuartel de la Guardia Civil. Al proceso de localización de todo el patrimonio documental, "en sí mismo un tesoro", añadieron entrevistas y fotografías con los autores: "Esos testimonios son impagables".

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"Descubrimos una sociedad plural, en la que los usuarios del gallego no responden al tópico del militante de la lengua", afirma Penabade, "y se derrumban ideas preconcebidas". Su proyecto les valió, tres años seguidos, un premio de Innovación Lingüística convocado por la Consellería de Educación y la Secretaría Xeral de Política Lingüística. "Legitimaron nuestro trabajo y el Ayuntamiento nos pidió conocerlo", dice, "y convertirlo en plan de normalización". Desde el Instituto de Ensino Secundario Perdouro sólo establecieron una condición, después de reunirse con los tres partidos -PSdeG, BNG y PP-: que se aprobase por unanimidad. Lo consiguieron.

El Modelo de Planificación Lingüística se basa en que la población alcance un uso fluido de tres lenguas, el gallego, el castellano "y una tercera lengua internacional". Y no se trata, remarca Bernardo Penabade, "de un plan de normalización del gallego, eso va dentro del modelo". La experiencia parece funcionar. Y, para exportarla -"estoy absolutamente seguro de que funcionaría en ciudades, cuanto más grandes, mejor"-, la imagen en movimiento.

Invitados a conferenciar en unas jornadas de dinamización lingüística, y ante la imposibilidad de reducir a papel la vivencia, se decidieron por un documental. 52 entrevistas con los protagonistas de la recogida documental de los alumnos del Perdouro, ensambladas por el joven director Matías Nicieza, conforman Modelo Burela. Todavía pendiente de estreno pero disponible en la web del Consello da Cultura Galega, "lo que importa es su valor humano, no el cinematográfico", según el autor. "Además de hacer disponible para todo el mundo ese patrimonio documental, colocamos el problema en la agenda municipal", indica Penabade. Y en el cementerio de Burela, las lápidas en gallego se han multiplicado por siete.

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