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Reportaje:

Una llaga en O Courel

Una cantera de los montes de Lugo lleva diez años abandonada y sin restaurar

Sonia Vizoso

El monte Romeor, en la sierra de O Courel, tiene una brecha que nadie tiene intención de cerrar. Hace una década, una empresa de los Fidalgo, una conocida saga de pizarreros de Valdeorras, plantó sus máquinas en este paraje de la montaña de Lugo en busca de mineral. Los operarios horadaron la loma, abrieron pistas y cimentaron una nave. El yacimiento no debió de convencer al patrón y un día, saltándose su obligación de restaurar el terreno, decidió abandonar el monte dejando allí un montón de escombros y esa gran calva que aún conserva.

"Yo creo que no tenían licencia para lo que hicieron, ni municipal ni de ninguna clase", afirma el alcalde de Folgoso do Courel, el socialista José López Fontal. Cuanto cogió el bastón de mando en 1999, en la cantera ya no había actividad. El regidor desconoce por qué la empresa, Canteras Romeor, SL, abandonó la explotación al poco de abrir el agujero. Admite que los escombros siguen allí, pero ignora si la pizarrera recibió algún tipo de sanción por los destrozos provocados, incluida la contaminación del río que surca la zona.

Los escombros contaminaron el río y sepultaron un acueducto romano "La Administración deja hacer a estas empresas lo que les da la gana"

El pleno municipal aprobó varios acuerdos pidiendo la intervención de la Xunta y poco más. Pronto los políticos de Folgoso do Courel dejaron de mirar hacia la calva del monte Romeor. Hace unos meses, al consistorio llegó una notificación de la Xunta preguntando si había en el municipio canteras abandonadas sin restaurar. "Contestamos que ésa, pero no supimos nada más", relata el alcalde.

En la aldea de Romeor, a menos de un kilómetro de la explotación, prefieren olvidar el cráter y confían en que la naturaleza se ocupe de volver a pintar de verde el estropicio. "Aquí no tiene nadie que restaurar nada, porque está bien", sentencia Manuel Fojo, tesorero de la comunidad de montes. "La empresa no dejó deudas, está todo pagado". El representante de los propietarios del monte Romeor se refiere a la renta de unos 8.000 euros anuales que la empresa se comprometió a pagarles en 1994 a los vecinos por el alquiler del monte que pretendía explotar.

En aquel contrato también estampó su firma Ángel Méndez, entonces miembro de la dirección del monte vecinal. Él sí se atreve a rememorar qué ocurrió antes de que la empresa abandonase repentinamente el yacimiento. Recuerda que al construir las pistas de acceso, los operarios echaron los escombros en el río. Un día en el que cayó un gran aguacero, el cauce contaminado se desbordó y la riada irrumpió en las casas. Con las viviendas inundadas, el pueblo se revolvió contra la pizarrera. "Se dieron cuenta de que si querían abrir la cantera, tendrían que cambiar el pueblo de sitio", afirma Ángel Méndez.

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Su convecino Manuel Fojo achaca la espantada de Canteras Romeor a la falta de pizarra. Tanto él como Juan Fernández, actual presidente de la comunidad de montes, sostienen que el río ya corre limpio y que el suelo desgarrado se regenerará solo.

No todos en O Courel están de acuerdo. "El caso de esta cantera demuestra que la Administración deja hacer a estas empresas lo que les da la gana y que tiene abandonado O Courel", deduce Orlando Álvarez, portavoz de la asociación SOS Courel, que denuncia el olvido que sufren los habitantes de este paraje.

Los carteles que jalonan las rutas turísticas por O Courel animan al visitante a recalar en los restos de un acueducto que los romanos construyeron en Romeor. Quien atienda esta recomendación, también podrá admirar los destrozos del frustrado yacimiento. Los escombros invaden el canal de esta pieza de patrimonio cultural, por la que nadie ha velado desde entonces.

La empresa Canteras Romeor está presidida por Natalia Mónica Fidalgo Fidalgo y su administrador es Marcial Moral Real. Ninguno de estos responsables de la firma ha querido explicar por qué no han restaurado el monte. Mientras la pizarrera elude este deber, amparada por el mutis de la Administración y algunos vecinos, ni siquiera la fértil naturaleza de O Courel consigue curar la llaga de Romeor.

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Sobre la firma

Sonia Vizoso
Redactora de EL PAÍS en Galicia. Es licenciada en Periodismo por la Universidad de Santiago. Lleva 25 años ejerciendo el oficio en la prensa escrita y ha formado parte de las redacciones de los periódicos Faro de Vigo, La Voz de Galicia y La Opinión de A Coruña, entre otros. En 2006 se incorporó a El País Galicia.

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