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Reportaje:

Las muiñeiras de las belgas

El grupo Ialma, formado por hijas de emigrantes, celebra la década con nuevo disco

Se consideran cantareiras, hablan buen gallego y aseguran que no pueden pasar mucho tiempo sin venir a Galicia, la tierra que sus padres dejaron en los años 50 para ganarse la vida en Bruselas. Tras diez años juntas, Marisol Palomo, Verónica y Natalia Codesal, Magali Menéndez y Nuria Aldao, las cinco integrantes del grupo folk Ialma, incluso se sorprenden al explicar que, por primera vez, en su nuevo disco, Simbiose, tiene cabida el francés, uno de los dos idiomas oficiales de Bélgica. Es en Pa'la catedral, un tema en el que cuentan con la colaboración del humorista Carlos Blanco, que las definió como las tank girls del folk gallego. "Es un orgullo poder cantar en nuestro idioma", asegura Verónica Codesal, que en 2003 se llevó una gaita a Letonia para representar a Bélgica en el festival de Eurovisión, donde su grupo Urban Trad consiguió el segundo puesto.

En 'Simbiose', las cantareiras hacen una versión libre de 'Walk like an egyptcian'
"Para las nuevas generaciones no es tan importante la comunidad de origen"

"Cantamos en gallego para no perder vínculos. Otra gente va a terapia", se explica Marisol Palomo, hija de emigrantes de Betanzos. Junto a sus compañeras, acaba de aterrizar en Santiago para promocionar su nuevo trabajo -el cuarto tras Palabras darei (2000), Marmuladas (2002) y Nova era (2006)- , pero apenas estarán dos días en Galicia. Hoy graban junto a Carlos Blanco unas imágenes que proyectarán durante su gira de conciertos, que comienza en Bruselas el 26 de febrero y continuará por Amberes, Alemania, Francia y Holanda. No esconden su ilusión por actuar en Galicia, aunque todavía no saben si será posible: a pesar de cantar en gallego, Galicia es el lugar en el que menos conciertos han dado. La última vez fue en 2006, aunque a la tierra de sus padres, donde siguen teniendo parientes y amigos, vienen muy a menudo.

Para Codesal, la principal novedad de Simbiose, grabado en Bélgica, es la inclusión de nuevos estilos, como el rap, tutelado en el disco por el vigués El Puto Coke. "Con el paso del tiempo, acabamos por abrirnos a otras culturas y a otros estilos", cuenta Codesal, con familia del municipio lucense de Guitiriz. La carta de presentación de Simbiose, Na iauga, aunque interpretada en gallego, es en realidad una melodía tradicional de Québec y Dance like a Galician una versión libre y desinhibida de Walk like en egyptian, el éxito de The Bangles. La letra, de Carlos Blanco, ensalza las verbenas, la gastronomía, las playas y la vendimia. La tradición medieval gallego-portuguesa también aparece en Simbiose: Ialma torna, otro de los nuevos temas del grupo, es la cantiga número 140 de Alfonso X El Sabio.

En Bélgica, donde el público, gallego o no, ya está más que acostumbrado a oírlas cantar en la lengua propia, "no hay nadie que no sepa dónde está Galicia", cuentan. Por los emigrantes, que en la segunda mitad del siglo XX empezaron a ver en Europa, y ya no tanto en América, la posibilidad de mejorar sus vidas, y por la labor de los descendientes de la diáspora. Palomo y Codesal aseguran que, "aunque hay mucha gente que en el país en el que han nacido ni siquiera sabe que el gallego es una lengua oficial", el hecho de reivindicar sus raíces es "muy apreciado" en Bélgica. "Les gusta el gallego, les parece una lengua muy melosa y nos preguntan qué significa lo que decimos", explican. En parte por satisfacer esa curiosidad, la de las cantareiras no es la única firma de Simbiose. Humoristas, diseñadores -los vestidos que usan en las fotografías que ilustran el libreto del disco son del gallego David Aranda-, artesanos como los Seivane y cineastas acompañan a las Ialma con pequeños textos y fotografías, todas hechas en Galicia. En Ortigueira posan para el cineasta Enrique Otero y delante de una antigua fábrica de escobas de Cacheiras, en Teo, ilustran la colaboración de El Puto Coke. El escritor Xabier Queipo, residente en Bruselas, colabora con Grixoa, un pequeño texto sobre la emigración.

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La comunidad gallega en Bruselas no es ya la misma, en parte porque las nuevas generaciones, nacidas fuera de Galicia, no sienten la misma necesidad de encuentro que sus padres. "Están más integrados, no es tan importante ese lugar común", apunta Palomo. Diez años después de constituirse como grupo, presumen de alguno de sus logros, como representar al país en el que han nacido en festivales extranjeros, sin importar su condición de hijas de emigrantes. Aunque nacidas ya en Bruselas, Galicia para las cantareiras de Ialma no era solamente el lugar de las vacaciones de verano. Cuatro de las integrantes del grupo -Nuria Aldao es una emigrante reciente que vive en Bélgica desde hace seis años- se conocieron de niñas, en las clases de baile y pandereta organizadas por el Centro Galego de Bruselas. A que su filiación sea múltiple ya están acostumbradas. "Aquí somos siempre las belgas y en Bélgica, las gallegas", bromea Codesal haciendo uso de la vieja paradoja del emigrado.

De izquierda a derecha, Nuria Aldao, Verónica y Natalia Codesal, Marisol Palomo y Magali Menéndez, en Santiago.
De izquierda a derecha, Nuria Aldao, Verónica y Natalia Codesal, Marisol Palomo y Magali Menéndez, en Santiago.ÓSCAR CORRAL

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