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La 'número dos' de Mato exigió dimisiones por un caso similar en Vicepresidencia

Sentada en la primera fila del Museo Pedagóxico de Galicia, la secretaria general de Familia e Benestar, Susana López Abella, ni siquiera pestañeó ayer cuando la conselleira de Traballo, Beatriz Mato, respaldó la continuidad de la directora general de Colocación e Formación de la Xunta. Ana María Díaz López, condenada por despido improcedente y a quien el juez atribuye en la sentencia el despido de una trabajadora sin contrato y que no estaba dada de alta en la Seguridad Social, seguirá así en su puesto.

Preguntada por el caso concreto, López Abella prefirió mantener silencio y aferrarse a las palabras de su jefa en la Xunta. "Ha hablado la conselleira y no tengo nada que añadir", respondió a este periódico. La actual número dos de Traballo no siempre fue tan indulgente con los altos cargos de la Xunta. Ella misma, como portavoz de servicios sociales del PP en el Parlamento, exigió durante la pasada legislatura la dimisión de Antón Losada -entonces secretario general de Relacións Institucionais- a quien acusó sin pruebas de tener una empleada de hogar trabajando en casa sin contrato. En aquel momento, marzo de 2007, no medió sentencia alguna, ni siquiera hubo denuncia, lo que no impidió a López Abella reclamar insistentemente la dimisión de Losada.

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La directora de Traballo tiene otra denuncia de una empleada sin contrato

"Estamos ante una situación que por grotesca no deja de ser muy grave", insistió entonces la diputada del PP, que además promovió una iniciativa parlamentaria en defensa de las asistentas del hogar. "No se entiende", añadía López Abella, "que se ponga el zorro a cuidar de las gallinas".

Su acusación, de la que se hicieron eco algunos medios a la derecha del PP, propició que Losada acusase a esta formación de ser un "partido basura, con portavoces basura que practica la política basura". Losada explicó que la empleada sólo acudía a su casa cuatro horas diarias y que por tanto no tenía ninguna obligación legal de hacerle contrato. López Abella negó ayer que hubiese relajado sus exigencias sobre la ética en el desempeño de los cargos públicos.

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