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La oposición culpa a Feijóo de cargar la crisis a los más débiles

En medio de una campaña del PP en toda España que cuestiona la idoneidad de los defensores del pueblo en las distintas autonomías, el Valedor volvió ayer al Parlamento gallego para cubrir el último trámite de su informe anual. El propio presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, había dicho en las horas previas que esa figura -que su compañera de partido María Dolores de Cospedal promete suprimir- no está aquí en discusión. Así que Benigno López se plantó en la tribuna y leyó sus 62 folios de quejas a todas las administraciones.

La Consellería de Traballo e Benestar, con 17 amonestacionesm se lleva la palma. La lectura hizo reaccionar rápido al diputado socialista Francisco Cerviño, quien anunció que llamará a comparecer a su titular Beatriz Mato. "La aplicación de la Ley de Dependencia es de aurora boreal", insistió Cerviño, quien recordó que en el actual contexto de crisis el Estado de Bienestar "es imprescindible". Concluyó que sus pilares se están deteriorando con esta Xunta cuando más necesarios son. En la misma línea, Alfredo Suárez Canal, del BNG concluyó que con el Gobierno de Feijóo "llegó el escándalo". Lo hizo tras comparar las cifras de ahora con las de 2008, último ejercicio de gobierno del bipartito. De una a otra fecha, las quejas del Valedor sobre la Xunta han medrado 10 puntos. El propio Benigno López aseveró desde el atril que la Xunta traslada últimamente la idea de que los servicios de comedor y transporte escolar suponen un coste excesivo.

"Los parches no valen"

Esos reproches del Valedor centrados en educación, sanidad (donde constata, sin embargo, una mejoría de las listas de espera más largas) y en asuntos relacionados con menores llevaron al diputado nacionalista a aseverar que con la Xunta del PP "la salud de los derechos básicos ha empeorado" y "la crisis está golpeando a los ciudadanos más desfavorecidos". Añadió que tal efecto no es casual, sino fruto del "sesgo ideológico" del Ejecutivo de Feijóo. "Los parches ya no son suficientes para tapar el aire que sale por las costuras de la sanidad, la educación y los servicios sociales", añadió.

Un diagnóstico en las antípodas del que presentó el parlamentario del PP Agustín Baamonde, quien defendió que del informe anual no puede concluirse un recorte del gasto social y que no es cierto que haya un Gobierno "inerte e impasible". Baamonde no solo loó a la institución sino que se mostró partidario de dotarla de mayor poder coercitivo para hacer cumplir sus recomendaciones.

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