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La oposición lamenta un año "terrible" para el gallego

Pablo Linde

El secretario general de Política Lingüística, Anxo Lorenzo, se ha propuesto dar cuenta en el Parlamento cada año de su gestión. "Es una mala idea política", le reprochó ayer el diputado socialista Francisco Cerviño. "Yo que usted trataría de pasar desapercibido para que le diéramos caña, pero sin usted presente, porque el balance es terrible".

Pero Lorenzo acudió ayer a la Comisión de Educación dispuesto a recibir toda la "caña" de la oposición, que fue mucha. De nada le sirvió un largo relatorio sobre los más de 600.000 euros para financiar la dinamización de la lengua en los ayuntamientos, el programa Bocaberta para menores, los 800.000 euros de ayudas para la dinamización lingüística en los centros escolares, los cursos presenciales y en línea para obtener el Celga (el certificado de acreditación de conocimiento de gallego), la formación de funcionarios, los manteles con juegos de palabras o las subvenciones de casi dos millones a medios de comunicación.

Todo este argumentario fue recibido por el diputado nacionalista Bieito Lobeira con la acusación a Lorenzo de ser "un matón de nuestro idioma, un sicario contratado por el PP para liquidar el gallego". "No voy a pedir ni siquiera que defienda la lengua. Le pido respeto a esta Cámara y a la sociedad. En 2010 se desarrolló la acción decisiva para que la lengua pierda espacios y prestigio social. Iniciaron una política lingüística que va a pasar a la historia como el año más agresivo y de más recortes contra la lengua galega", continuó Lobeira. El parlamentario afeó carencias como que por culpa de un programa informático la administración de justicia no pueda usar el gallego.

"Intelectual orgánico"

Menos agresivo, pero también contundente, se mostró Cerviño, que no llamó sicario a Lorenzo, sino "intelectual orgánico". "La política inspirada por el presidente Feijóo constituye uno de los más graves hechos. Si la coyuntura económica o social tiene repercusión a corto o medio plazo, la lingüística los tiene sobre todo a largo, porque afecta a la pervivencia de la lengua, a nuestra identidad".

Cerviño rescató los datos de la encuesta a las familias del Instituto Galego de Estadística, que muestra una caída paulatina de hablantes en gallego. También recriminó a la Consellería de Educación que, tras consultar con diversos órganos decretos como el del plurilingüismo, "no les haga ningún caso".

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Sobre la firma

Pablo Linde
Escribe en EL PAÍS desde 2007 y está especializado en temas sanitarios y de salud. Ha cubierto la pandemia del coronavirus, escrito dos libros y ganado algunos premios en su área. Antes se dedicó varios años al periodismo local en Andalucía.

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