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Reportaje:Conflicto sobre el idioma escolar | O MORRAZO

"Los padres no deben meterse en el idioma"

Ni risas, ni griterío. Desiertos los columpios y cómo único sonido de fondo los graznidos de tres cuervos que sobrevuelan un bosque cercano. Este panorama preludiaba ayer las aulas desiertas del Centro de Educación Infantil y Primaria (CEIP) A Rúa, en Cangas (Pontevedra), cuando apenas pasaban las 11 de la mañana, en pleno horario lectivo. Dentro, sólo uno de los 17 docentes renunció a ejercer el derecho a la huelga mientras en recepción ?repleta de libros y carteles en gallego? un miembro del equipo de dirección cumple con hastío los servicios mínimos.

Los 190 escolares de Primaria del centro, la mayor parte castellano hablantes, se han quedado en casa. "No vino nadie", ratifica el profesor (que ha preferido permanecer en el anonimato), y traslada la comprensión de los padres con los que no han tenido, asegura, "ningún problema".

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Estos días el borrador del decreto promovido por la Xunta es comentario de pasillo. "No cumple con las expectativas", se dice. Entre los educadores la percepción es que "antes no había ningún problema y ahora lo hay". ¿Su mayor objeción a la propuesta popular? La intervención de los progenitores en la elección del idioma. "Tampoco se sabe nada de cómo se va hacer", lamenta.

Más céntrico que A Rúa está el CEIP Cangas. Aquí, la algarada infantil preludia al centenar de pequeños, de entre 3 y 5 años, que sobrevuelan el patio con sus mandilones al cuello. El director, Luciano Sánchez, explica que el seguimiento de la huelga alcanza apenas a la mitad del profesorado y la ausencia de docentes ha dejado vacías dos aulas.

Al igual que sus colegas, el director del CEIP Cangas reflexiona sobre el papel de los padres: "No se pueden meter en el idioma" en el que se imparten las clases. Difícil llevarlo a la práctica, dice Sánchez, por eso cree que el borrador es más "un globo sonda" que otra cosa. Él estaba ayer al pie del cañón porque había que cumplir. "Servicios mínimos", responde.

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