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Una de las playas más céntricas de A Coruña incumple la ley de acceso para minusválidos

El Ayuntamiento alega que es "técnicamente imposible" adecuar una rampa

Fue una obra para "mejorar el uso del litoral y su accesibilidad". Sin embargo, vecinos y asociaciones de minusválidos abanderan las protestas contra la remodelación que el Ministerio de Medio Ambiente realizó de la paya del Matadero, en pleno centro de A Coruña: la rampa de acceso, 123 metros de longitud y una pendiente del 8%, dos puntos por encima del máximo estipulado, contraviene la ley. La Fiscalía de A Coruña estudia el caso.

La Demarcación de Costas, que ejecutó la obra, y el Ayuntamiento coruñés, que la supervisó, aseguran que es imposible rebajar la pendiente de la rampa por estar en juego la estabilidad del paseo marítimo bajo el cual está el arenal. Mientras, se preparan, con retraso, los trabajos para rellenar y ampliar las playas de la ensenada de Riazor-Orzán que cambiarán la configuración de la bahía coruñesa.

Los colectivos vecinal y de discapacitados volverán esta semana al ayuntamiento para dejar constancia escrita de la respuesta, en el Congreso, del ministerio a la petición del PP de que Medio Ambiente y Costas cumplan la legalidad vigente en esa playa urbana. Concretamente la ley de accesibilidad y eliminación de barreras arquitectónicas que prohibe una rampa con más del 6% de pendiente y que supere los cien metros de largo sin descansillo. Medio Ambiente asegura que ampliará la obra si lo solicita el Ayuntamiento.

"Es una irresponsabilidad y un mal ejemplo que incumplan la ley el ministerio, que financia la obra, Demarcación de Costas, que la ejecuta, y el ayuntamiento, que la supervisa", se indigna José Ucha, presidente de la asociación de vecinos de Monte Alto. "Se exagera un poco las cosas", responde la concejal de Medio Ambiente, la socialista Nieves Vázquez. Es "técnicamente" imposible rebajar al 6%, como marca la ley, la pendiente de la rampa de Matadero porque obligaría a hacer una voladura de las rocas sobre las que asienta el paseo marítimo. Y en cuanto al descansillo que debería, por ley, existir en la rampa, Vázquez insiste en que no hubo acuerdo con los vecinos sobre los diseños de "isletas" propuestos, por lo que tampoco se hizo. Y la concejal recuerda que hasta la obra inaugurada en julio y que incluyó un mirador sobre la Finca dos Mariños, comprada por el ministerio para impedir que se construyera, rebajó muchísimo la rampa de acceso a la playa de Matadero, antes de hasta el 40% de pendiente. "Nadie protestaba entonces", destaca Vázquez.

GABRIEL TIZÓN
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