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El rector de Santiago vaticina un desfase contable de 15 millones

La Universidad de Santiago de Compostela (USC) cerrará 2010 "inevitablemente" con un desfase económico de entre 14 y 15 millones de euros. Así lo anunció ayer en Lugo el rector, Senén Barro, que culpó de la situación a los recortes practicados por la Xunta en la financiación universitaria y que sitúan al sistema gallego de educación superior entre "los peor financiados de España". El rector explicó que es "imposible" elaborar unos presupuestos para 2010 con los recursos que en estos momentos se ponen a disposición de la universidad.

La "misma" universidad de 2009, subrayó Barro, costará el año que viene seis millones de euros más, por la "deriva vegetativa" del personal o el encarecimiento de los suministros. Pero, además, recibirá 15 millones de euros menos que este año, lo que supone que en un principio faltarán 21 millones de euros para "cuadrar las cuentas en 2010". Gracias a que la institución se apretará el cinturón, el desfase se reducirá, señala Barro, a 15 millones.

"El sistema universitario de Galicia es de los peor financiados"

Tras pagar las nóminas y contratos de suministros (seguridad, calefacción, agua, limpieza...), la USC dispondrá de sólo dos millones para financiar "lo que en 2009 costó 22 millones de euros", criticó el rector. Con esos dos millones se pagarán libros, revistas, transportes, tesis de doctoramiento, prácticas, reparación de equipos o reparaciones de mobiliario e inmuebles, todo ello en una universidad que cuenta con más de 500.000 metros cuadrados construidos y una plantilla de más de 3.000 personas que, sumados los contratos de investigación y bolsas, se eleva a los 5.000 trabajadores.

"Si elaboramos un presupuesto en esas condiciones, sería cerrar la universidad", razonó el rector, ya que no se podrían dar prácticas, por falta de material; sería imposible reponer ordenadores en caso de avería; se estaría ante la imposibilidad de pagar a los becarios que atienden las aulas de informática y sería inviable realizar prácticas, además de no poder comprar "ni un libro".

"¿Esto es una universidad?", se preguntó Barro, quien acto seguido se respondió: "No. Seríamos un grupo de personas con los brazos cruzados pasando el tiempo, lo cual sería un disparate". Por eso, añadió, La Universidad de Santiago elaborará un presupuesto con todos los recortes que sean posibles. Con todo, concluyó Senén Barro, las cuentas tendrán unos números rojos de unos 15 millones.

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