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Los vuelos de bajo coste llevaron medio millón de viajeros a Lavacolla

Santiago presiona a la Xunta para que cierre un acuerdo con Ryanair

Las líneas aéreas de bajo coste provocaron el auge del aeropuerto de Lavacolla. Un estudio del Centro de Estudos e Investigacións Turísticas (Cetur) de la Universidade de Santiago sitúa en 2005 el inicio del "salto de calidad" del aeropuerto de Santiago que coincide con la implantación de las líneas de bajo coste. La presentación del informe por parte del Ayuntamiento de Santiago coincide con las negociaciones entre la Xunta y Ryanair para evitar la retirada de la compañía irlandesa de Lavacolla, que anunció que eliminará sus enlaces con Roma, Londres y Fráncfort el 11 de enero. También se perderá la conexión de Vueling con París. El concejal de Turismo de Santiago, Xosé Manuel Iglesias, calificó de "golpe muy duro para el sector turístico" que Lavacolla pierda sus conexiones internacionales. "La responsabilidad solo es imputable a la Xunta", acusó.

El 46% de los que llegan con esas compañías tiene menos de 30 años

El informe de Cetur compara los usuarios de líneas de bajo coste con el resto de turistas entre 2005 y 2009. Según sus datos, la llegada de estas compañías supuso romper la barrera del millón y medio de visitantes y acercarse cada año más, a partir de 2005, a la cifra de dos millones de viajeros que se superó en 2007 y que volverá a rebasarse este año.

El perfil del turista de las compañías de bajo coste es una persona menor de 30 años, extranjera y que visita, además de la capital, otros puntos de Galicia. Para el Ayuntamiento, estas compañías contribuyeron a internacionalizar Santiago como destino turístico. El 57% de los pasajeros en vuelos baratos procede de otros países, mientras que los extranjeros que llegan a Galicia por otros medios son el 47%. Los orígenes más habituales son Reino Unido, Italia y Alemania, que coinciden con los tres destinos que eliminará Ryanair. Además, el 48,75% de los turistas de estas líneas visitan otras zonas de la comunidad, sobre todo A Coruña (un 38%), y Vigo y Fisterra (ambos con un 11%). La edad de los pasajeros de las compañías de bajo coste no supera los 30 años en el 46,12% de los casos, frente al 38,89% que se da en las líneas aéreas tradicionales.

Sin embargo, el informe señala que el gasto es muy similar entre los viajeros de los dos tipos de compañías. El año pasado, el desembolso medio de los visitantes que llegaron a Santiago en las líneas de bajo coste fue de 61,59 euros al día, diez euros menos que el turista de compañías convencionales. Sin embargo, el primero se queda en Galicia tres días frente a los 2,65 del segundo. En total, el gasto medio de los viajeros de vuelos baratos es de 186,30 por 189,28 de los que llegan por otros medios.

Iglesias resaltó además el coste que supone cada pasajero para la Xunta según las subvenciones del Gobierno gallego. Así, las tres conexiones internacionales de Ryanair, el vuelo a París de Vueling y el de Air Berlín a Palma de Mallorca desde Lavacolla son las más rentables, a 3,8; 6,9 y 2,6 euros por pasajero. Las líneas de bajo coste que subvenciona la Xunta desde Vigo y A Coruña van desde los 42 hasta los 121 euros. El concejal de Turismo de Santiago insistió en que, a tenor de estos datos, la política de la Xunta de dividir las subvenciones entre los tres aeropuertos supone "una dilapidación de los recursos públicos por parte de un Gobierno que, curiosamente, presume de austero" y obedece a "criterios electorales" para "posicionarse en A Coruña y Vigo".

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