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Hezbolá pone bombas trampa para impedir que la Legión acceda a un depósito de armas

Los artefactos explosivos fueron colocados el martes por la noche en el sur de Líbano

Miguel González

La guerrilla chií Hezbolá colocó el martes por la noche bombas trampa para impedir el acceso de la Legión a un depósito de armas cerca de la localidad libanesa de Kfar Chouba, al pie de los Altos del Golán, ocupados por Israel. A diferencia de los artefactos descubiertos hasta ahora, que databan de la guerra de 34 días que enfrentó a Israel y Hezbolá el pasado verano, estas bombas, que por sus características podrían haber provocado una carnicería, fueron colocadas contra las tropas españolas en una zona que había sido reconocida el día anterior sin hallar nada.

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Según informó ayer el Ministerio de Defensa, una patrulla de la Legión descubrió el pasado martes un depósito de armas en el barranco de Quazaz Ravine, cerca de la localidad de Kfar Chouba. En la zona había un grupo de hombres armados, que se dieron a la fuga. Siguiendo el protocolo establecido, la brigada multinacional dirigida por el general español Juan Bautista García Sánchez dejó un retén de vigilancia y avisó de su hallazgo al Ejército libanés.

El miércoles, cuando los legionarios volvieron a la zona para completar la inspección del arsenal, descubrieron varias bombas trampa escondidas en los accesos. Según todos los indicios, estos artefactos fueron colocados durante la noche del martes en lugares que habían sido inspeccionados el día anterior sin que se hallara nada y su objetivo era atentar contra las tropas españolas a su regreso.

Los artefactos, que fueron inutilizados por el equipo de desactivación de explosivos de la brigada, estaban preparados para causar una carnicería, según fuentes de Defensa.

Ésta no es la primera ocasión en que las tropas españolas encuentran un arsenal de Hezbolá. El pasado 17 de noviembre descubrieron un depósito con cientos de proyectiles y granadas junto al río Litani, que sirve de frontera a la zona desmilitarizada, pero en aquella ocasión contenía munición abandonada e inservible en su mayor parte. Esta vez se trata de un emplazamiento plenamente operativo de la milicia chií próximo a dos zonas ocupadas por Israel: los altos del Golán y las Granjas de Chebaa.

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Tres heridos por minas

Hasta ahora, el sur del Líbano se mantiene al margen de la alta tensión política que se vive en Beirut, donde desde hace una semana Hezbolá y sus aliados convocan diariamente manifestaciones multitudinarias para forzar la caída del Gobierno antisirio de Fuad Siniora.

Pese a ello, el contingente español ha recibido instrucciones de extremar las medidas de precaución, especialmente en los desplazamientos, y de limitar al mínimo imprescindible los desplazamientos a la capital.

El mayor riesgo lo sigue constituyendo la presencia de miles de artefactos y munición sin explotar en la zona de responsabilidad de la brigada encabezada por España, que ocupa 1.300 kilómetros cuadrados.

El pasado 24 de noviembre tres miembros del centro de desminado de la ONU en el sur de Líbano resultaron heridos por la explosión minas antipersona en la localidad de Deir Mimas, próxima a Marjayún, donde se encuentra la base Miguel de Cervantes del contingente de la Legión.

Según la información facilitada por la ONU, el equipo de expertos acudió a rescatar a un pastor después de que cuatro de sus ovejas saltaran por los aires. Un experto británico pisó una mina y perdió un pie, un desminador bosnio pisó otra y sufrió la amputación de una pierna y un médico libanés que les acompañaba resultó herido leve por los fragmentos.

La ONU alegó que los desminadores creían adentrarse en una zona contaminada por bombas de racimo, cuando en realidad estaban en un campo de minas antipersona, por lo que no tomaron las precauciones adecuadas. Según la investigación de Centro de Coordinación contra las Minas en el Sur de Líbano (MACC SL), se trata de artefactos muy modernos, colocados por Israel durante el pasado verano.

Hasta ahora, sólo se conocía la existencia de campos de minas israelíes procedentes de la invasión de 2.000 y las autoridades hebreas no habían revelado la existencia de nuevas siembras de minas, por lo que la Fuerza Interina de Naciones Unidas para Líbano (FINUL), de la que forman parte las tropas españolas, presentó una protesta ante Israel tras el incidente de Deir Mimas.

España cuenta actualmente en Líbano con unos 1.100 militares, en su mayoría procedentes de la Legión. De la brigada multinacional liderada por el general García Sánchez dependen también sendos batallones de India, Indonesia y Nepal, así como una compañía polaca y un hospital de campaña chino. La incorporación de este último está prevista para principios del año próximo, igual que la de dos helicópteros del Ejército de Tierra español.

"Apretarán poco a poco a las tropas"

Gustavo de Arístegui, portavoz del PP en la Comisión de Asuntos Exteriores del Congreso, está convencido de que Hezbolá "irá apretando poco a poco a las tropas, porque cree que la opinión pública presionará a los gobiernos europeos para que las retiren".

Arístegui no es sólo un experto en Líbano, donde pasó largas temporadas cuando su padre era embajador en Beirut. Es también el único diputado que ha visitado la base de Marjayún. Estuvo allí la semana pasada, tras entrevistarse en la capital con los principales protagonistas del drama libanés: de Fuad Siniora al presidente del Parlamento, el chií Nabih Berri, pasando por el druso Walid Jumblat o por Saad Hariri, hijo del asesinado ex primer ministro.

"Están haciendo un trabajo espectacular", asegura Arístegui, quien dice sentirse "legítimamente orgulloso" de los militares españoles. El diputado del PP sostiene que, "aunque se han tomado medidas de precaución más que suficientes" y a pesar de que mantiene unas "relaciones cordiales" con la población local, el contingente de la Legión "no puede bajar la guardia".

"No podemos pecar de exceso de confianza", advierte. "Para Hezbolá somos europeos, occidentales e invasores y le estorbamos en su propósito de controlar el país".

Pese a ello, asegura que "Europa se la juega en Líbano" y apoya la participación de España en una misión "muy complicada y con riesgos indudables".

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Sobre la firma

Miguel González
Responsable de la información sobre diplomacia y política de defensa, Casa del Rey y Vox en EL PAÍS. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) en 1982. Trabajó también en El Noticiero Universal, La Vanguardia y El Periódico de Cataluña. Experto en aprender.

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