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Necrológica:IN MEMÓRIAM
Perfil
Texto con interpretación sobre una persona, que incluye declaraciones

Aitzol Aramaio, el ebanista del cine

Intuyo que es prácticamente imposible que nadie que haya conocido a Aitzol Aramaio, aunque sea solamente durante unos segundos, se olvide de él jamás. Tal era la fuerza humana de este peculiar director de cine. Aitzol Aramaio murió ayer de madrugada, en Ondarroa, donde había nacido en 1971, no sabemos la hora exacta, no despertó, y con él decidieron no despertar sus proyectos cinematográficos, sus exactas reflexiones sobre el arte. Recuerdo, sin ninguna interferencia, su primera llamada telefónica, quería llevar al cine mi libro Un tranvía en SP. Había recibido otras ofertas, encargos de productoras solventes, pero quería, a pesar de no contar con productor, con ayudas, con nada, que su primera película fuera esa pequeña historia y no otra. Esa seguridad me enorgulleció tanto como me apena ahora que aquel proyecto también haya sido el último.

Recuerdo cuando me envió su primer corto, Terminal, para que conociese su forma de trabajar. Recuerdo la sensación de magisterio que me produjo aquella pieza breve. Resultaba difícil de comprender cómo con unos pocos gestos, dos miradas y una música fruto de, me consta, interminables charlas con el autor de la banda sonora, Bingen Mendizabal, conseguía, en diez minutos escasos, una atmosfera de desolación perfecta. Creo recordar que tiempo más tarde, cuando ya trabajábamos con el guión de lo que después sería Un poco de chocolate, el corto fue premiado en cerca de treinta festivales, entre ellos Venecia y Berlín.

Recuerdo y siempre recordaré que Aitzol tenía las cosas claras y siempre conseguía lo que se proponía. Así pues, después del éxito de Terminal y de realizar videos musicales para diferentes artistas -Kepa Junkera entre otros-, decidió que necesitaba a los mejores actores para su primer largometraje y, sin otro contacto, se aventuró a viajar a Madrid para entrar en la cafetería donde sabía que Héctor Alterio descansaba después de una función de teatro. Desconozco los términos de la conversación, pero Héctor Alterio participó en la película. Tampoco sé cómo convenció a Daniel Brühl, protagonista de, entre otras, Good bye, Lenin! o Malditos bastardos, a Bárbara Goenaga o Julieta Serrano, pero allí estuvimos todos. Y todos, en igual medida, estimamos a Aitzol.

Y así como Lucas, el protagonista de mi Un tranvía en SP y su Un poco de chocolate, se encontraba con sus amigos muertos por las calles de Algorta, no hay duda de que nosotros, sus amigos, nos seguiremos encontrando con Aitzol, para hablar sobre segundos olímpicos o, probablemente, sobre películas de sir Charles Chaplin.

Unai Elorriaga es escritor vasco, autor de la obra en la que se basa el largometraje de Aitzol Aramaio Un poco de chocolate (2008).

Aitzol Aramaio.
Aitzol Aramaio.SANTOS CIRILO

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