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Necrológica:
Perfil
Texto con interpretación sobre una persona, que incluye declaraciones

Don Hewitt, creador del programa de televisión '60 minutes'

Logró combinar con éxito información y entretenimiento

La televisión de hoy en día es lo que es gracias a Don Hewitt, realizador y director del programa estadounidense 60 minutes e inventor de las fórmulas que han convertido al medio en una fuente de información exitosa a lo largo y ancho del mundo. Hewitt murió el miércoles en su casa del Estado de Nueva York, aquejado de cáncer de páncreas. Los canales de medio mundo informan ahora de su muerte, a los 86 años, sabedores de que pueden hacerlo gracias a la técnica y la maestría de un gran director y realizador que supo unir, antes que nadie, información y entretenimiento.

Si hay un momento que definió la carrera de Hewitt, nacido en Nueva York en 1922, y la de la historia de la televisión, fue el debate televisado en 1960 entre los dos contendientes políticos por la presidencia de Estados Unidos, John Kennedy y Richard Nixon. Aquel cara a cara lo dijo todo, sentó cátedra, cambió las normas. Desde entonces, para entrar en la Casa Blanca y a cualquier presidencia democrática, hay que comprar espacio en televisión, hay que tener imagen y hay que maridar las ideas con la apariencia. De eso, Barack Obama ha aprendido mucho.

Entonces, un veterano y displicente Richard Nixon rechazó utilizar el maquillaje profesional que le ofreció Hewitt, apareciendo sudoroso, pálido y casi enfermizo. De hecho, se estaba recuperando de una infección. Pero pensó que su experiencia, como senador y como vicepresidente, serían apabullantes para un joven como Kennedy. Éste, sin embargo, apareció fresco, bronceado, sano, y ganó el debate y las elecciones.

Transformador del medio

En 1968 Hewitt estrenó el programa 60 minutes en la cadena CBS, que cambió las normas del juego informativo con reportajes en profundidad atrevidos, interesantes para el público, capaces de generar audiencia y ofrecer beneficios en una época en la que se pensaba que la información era sólo un servicio público y no un negocio. "Pudimos hacer las noticias interesantes sin comprometer nuestra integridad", escribió Hewitt.

Fue el primero en sobreimprimir el nombre del reportero o presentador en pantalla con el uso de grafismo, en 1952. Se adelantó a las demás cadenas al enviar a los reporteros a que informaran desde el lugar mismo en el que había ocurrido la noticia.

Después de intentar que sus presentadores aprendieran braille, decidió colocar una cámara tras un cristal con espejo en una sola cara para que pudieran leer las noticias mientras miraban al objetivo, inventando lo que hoy se llama en jerga televisiva cue. También creó una sección en que enfrentaba a dos personas con opiniones totalmente opuestas sobre un mismo tema. Inventó la cámara oculta. Cambió la televisión.

Al principio, la crítica le reverenció pero la audiencia le resultó esquiva. Tardó una década en consolidarse, pero ya entrados los ochenta consiguió más de 30 millones de espectadores por programa. Entre los grandes momentos del programa estuvo la entrevista al ayatolá Ruhollah Jomeini en 1979, después de que los radicales chiíes secuestraran la Embajada de EE UU en Teherán, y la de Steve Kroft a Bill y Hillary Clinton en 1992, entre las primeras acusaciones de infidelidad por parte del que sería presidente.

Don Hewitt, en una imagen de 2004.
Don Hewitt, en una imagen de 2004.ASSOCIATED PRESS

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