George MacDonald Fraser, escritor
Fue el creador de 'Flashman'

El adorable canalla Harry Flashman, cobarde, villano y mujeriego, protagonista de una serie de desopilantes novelas, se ha quedado huérfano. El creador del inolvidable personaje victoriano, el escritor británico y viejo combatiente en la jungla birmana contra los japoneses en la II Guerra Mundial George MacDonald Fraser (Carlisle, 1925) falleció el pasado 2 de enero a los 82 años a causa de un cáncer. De orígenes escoceses -de los que estaba muy orgulloso- Fraser se alistó en 1943 y fue destinado a la India, a la 17 Black Cat Division. Sus memorias de la feroz campaña de Birmania (Quartered safe out here), que libró entre sikhs, gurkas y chindits -las fuerzas especiales de Orde Wingate-, están consideradas uno de los mejores libros sobre la olvidada guerra en la jungla contra el imperio japonés. Como militar parece que fue bueno pero algo díscolo: tres veces lo degradaron a soldado raso, una de ellas por perder una tetera.
Tras la guerra sirvió en los Gordon Highlanders en Oriente Próximo y alcanzó el rango de teniente. Luego trabajó como periodista, inicialmente de deportes, llegando a ser brevemente director del Glasgow Herald. Aunque fue un escritor prolífico y autor y coautor de los guiones de varias películas, desde Octopussy a Fuerza 10 de Navarone, Fraser será recordado por millones de lectores de todo el mundo por su serie de novelas de Flashman, publicadas en español por Edhasa y alabadas por PG Wodehouse y Kingsley Adams.
La serie, impecablemente ambientada y documentada, se presenta como las memorias de un anciano general, héroe de mil guerras y campañas de época victoriana, ennoblecido por su valor y galardonado con la Cruz Victoria, que se revela con descaro a la posteridad como el verdadero mentiroso y miserable, jugador, racista y sexista, que en realidad ha sido, eso sí con notable sentido del humor. No carece sir Harry, una especie de Errol Flynn pillastre, ególatra y rijoso, de algunas otras virtudes: es un asombroso políglota, buen jugador de críquet y un gran jinete que cabalga lo que le echen y valga la polisemia.
Desde la novela inicial de la serie, Flashman, escrita en 1969 y ambientada en Afganistán, hasta la última, la duodécima (Flashman a la conquista de Abisinia, publicada en inglés en 1994), seguimos al personaje por todos los escenarios del mundo colonial victoriano, incluidos los puntos más calientes y remotos, y también por las cortes europeas (se bate a duelo con Bismarck y se lleva a la cama a Lola Montes) y por Norteamérica, donde participa en la guerra civil -en los dos bandos- y es testigo, salvado in extremis de la derrota de Custer en Little Big Horne. Especialista en escaquearse y aprovecharse de los logros, el coraje e incluso la muerte heroica de los otros, ligándose además a las chicas, el bueno de Harry va cobrando injustas popularidad y fama, lo que no deja de ser un problema para él pues su Gobierno le adjudica las misiones más peligrosas. Así, se ve en el peor lugar y en el peor momento en el Motín de los Cipayos, las guerras zulúes o la guerra de Crimea (participa en la carga de la Brigada Ligera ofreciendo una perspectiva muy particular de Cardigan y sus chicos).
Fraser, casado, con dos hijos y una hija (Caro, también novelista) y varios nietos, fue nombrado Oficial de la Orden del Imperio Britanico (OBE) en 1999. Sacó a Flashman de las páginas de la novela clásica inglesa Tom Brown's School Days, en la que un energúmeno llamado así acosa sádicamente al protagonista. Se le ocurrió meterlo en el ejército y hacerlo triunfar. Parece que nunca le cayó muy simpática su propia criatura. Entre su producción figuran las historias de un regimiento escocés protagonizadas por el soldado McAuslan, "el más sucio del mundo".
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