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Necrológica:
Perfil
Texto con interpretación sobre una persona, que incluye declaraciones

Gustavo Becerra-Schmidt, compositor chileno

El destacado compositor y pedagogo musical chileno Gustavo Becerra-Schmidt murió el 3 de enero en la ciudad alemana de Oldenberg, a los 84 años. Autor de una amplia producción en la que se mezclan la música clásica, las bandas sonoras y la música popular, Becerra-Schmidt nació en Tomuco, en el sur en Chile, en 1925 y empezó sus estudios musicales, de violín y piano, a los siete años en su ciudad natal. Después, en el Conservatorio Nacional de Música de Chile, estudió composición con Pedro Humberto Allende, a quien sustituyó cuando éste se jubiló en 1942. Entonces tuvo claro que compaginaría la docencia con la composición de partituras y la investigación musical.

Estudió en Europa pedagogía de la composición musical y compuso su primera sinfonía. Así se replanteó el modo de enseñar composición, lo que plasmó en una serie de ensayos publicados en la Revista Musical Chilena. Para él, el compositor era "un operador conscientemente selectivo de los elementos y procedimientos sintácticos de un lenguaje cuyas propiedades de información y comunicación básicas puede determinar éstos". Estos principios los puso en práctica en su cátedra de composición en el Conservatorio Nacional de Música, donde fue maestro, entre otros, del compositor chileno afincado en España desde 1974 Gabriel Brncic, especializado en música electroacústica.

Tras 20 años como profesor, fue nombrado agregado cultural en la Embajada chilena en Bonn (Alemania). El golpe militar que derrocó el Gobierno de Salvador Allende el 11 de septiembre de 1973 le llevó al exilio en la antigua República Federal Alemana, donde enseñó en la Universidad de Oldedenburg.

Con Quilapayún

En su producción musical, más de medio centenar de obras, conviven las partituras de corte popular con las cultas, con un estilo personal ajeno a las tendencias. En los cincuenta adoptó el método dodecafónico, que derivó en una orientación que aunaba en sus obras la música culta con la popular. Así, compuso una serie de piezas vocales inspiradas en poemas de Pablo Neruda, como su versión de El canto general. También colaboró con el grupo de música tradicional Quilapayún.

En los sesenta escribió bandas sonoras para documentales y largometrajes chilenos. En su producción de música culta cultivó las formas de la sinfonía, el cuarteto de cuerda, el concierto y el oratorio.

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