Jack Wrangler, icono del porno gay

Con Jack Wrangler ha muerto, el pasado día 7, una forma única de hacer cine pornográfico y un modo insólito de trascender los estereotipos homosexuales. Probablemente a este actor porno no se le recordará por los títulos de sus grandes éxitos del cine para adultos homosexuales, como New York Construction Co. o A Night at the Adonis, pero en la memoria del colectivo gay queda la imagen de un emprendedor que, en sus primeros papeles, ayudó a muchos jóvenes de los años setenta y ochenta a darse cuenta de que el homosexual podía trascender los clichés y comportarse de una forma despreocupadamente masculina.

"En los años setenta, cuando en las pantallas de cine comenzó a haber un retrato de la sexualidad gay más gráfico y seguro de sí mismo, hubo una gran explosión de visibilidad gay en el mundo real", dijo Jeffrey Schwarz, que dirigió un documental sobre la vida de Wrangler, en The Advocate, la revista gay de referencia en EE UU. "Los hombres [en las películas interpretadas por Wrangler] no eran estereotipos afeminados, sino masculinos, seguros de sí mismos y que no se arrepentían de su sexualidad. ¿Acaso podían ser estas estrellas del porno un modelo para aquellos hombres que estaban explorando su nueva libertad sexual en los setenta? Sin duda, Jack Wrangler lo era".

Wrangler no era ni un pensador ni un activista. La suya era, más bien, una cuestión de actitud y de hacer lo que le gustaba sin importarle los corsés sociales. Un estilo de vida que sentó bien en ciertas partes del colectivo homosexual. "Nunca estoy seguro de que lo que hago es una buena idea", dijo en una entrevista el pasado mes de noviembre. "Estas cosas simplemente sucedieron. Creo que toda mi vida ha sido un evento fortuito. Uno de mis padres me dijo una vez: ábrete a todas las buenas posibilidades. Así lo hice".

Nacido en California en 1946, de nombre real Robert Stillman, era hijo de un productor de Hollywood que le consiguió su primer papel, a los nueve años, en una serie televisiva de contenido religioso, The faith of our children. Acudió a la Universidad Northwestern, donde se licenció en arte dramático. Tras una breve carrera como modelo y bailarín, decidió lanzarse a la floreciente industria del porno, adoptando el nombre artístico que habría de llevar hasta su muerte. Fue de los primeros actores gays en conseguir que sus largometrajes se convirtieran en títulos de culto.

Su vida estuvo plagada de contradicciones que hacían difícil aplicarle una etiqueta. En 1977, por ejemplo, conoció en un bar de Nueva York a la cantante pop Margaret Whithing. La atracción fue instantánea. "No soy bisexual ni heterosexual", dijo el actor en una entrevista con The Advocate el año pasado. "Soy gay, pero nunca podría vivir el estilo de vida gay. Soy demasiado competitivo. Cuando estaba con un chico, siempre quería ser más que él". Whithing no le daba estos problemas. Su relación fue duradera, se casaron en 1994 y estuvieron juntos hasta la muerte de Wrangler.

En sus últimos años, Wrangler se convirtió en productor teatral. Muchos de sus espectáculos eran homenajes al mundo del cabaret y a uno de sus grandes ídolos, el compositor Johnny Mercer. Después de años dedicado al mundo de arte, Wrangler murió en su casa de Nueva York a causa de un enfisema. Tenía 62 años y deja un legado de unos 80 largometrajes que no pasarán a los anales del cine, pero que marcaron un nuevo estilo erótico para el hombre homosexual.