Jesús García Calvo, el gran empresario gallego de la leche

Las oportunidades que brindaba la vida en 1921 a quien nacía en una parroquia como Logrosa, del municipio coruñés de Negreira, eran muy escasas. No había más medios que los de la economía agraria de subsistencia, que empujaba a los gallegos con algo de iniciativa a coger un barco hacia Latinoamérica buscando fortuna. Jesús García Calvo se quedó. Peleó por tener un futuro y ofrecérselo a sus paisanos, algo que estos días, con motivo de su fallecimiento a los 90 años, la mayoría le agradecen. El fundador de Feiraco, la cooperativa láctea más importante de Galicia, estudió Derecho en Santiago de Compostela y se sacó la oposición de registrador de la propiedad en 1949. Su pueblo tenía entonces 7.725 habitantes y una alta tasa de analfabetos.

La profesión le daba lo justo y decidió liderar la iniciativa de un grupo de ganaderos de la comarca de A Barcala para fundar la cooperativa láctea en 1969. Construyeron una fábrica de forrajes, importaron novillas de la mejor raza, compraron semillas, comercializaron fertilizantes y terminaron colocando en el mercado la leche de los socios productores. El plan terminó cuando lograron una planta de envasado propia.

Apasionado de la economía social, intelectual agrarista, trabajador hasta la extenuación, presidió la organización durante casi 40 años (sin cobrar) y la convirtió en un instrumento económico fundamental en una zona que estaba entre las más deprimidas de España.

Feiraco llegó a tener 10.000 socios, que la crisis y la concentración han dejado en 4.000. Quizá porque vio que los ganaderos iban a ser moneda de cambio, se opuso a las condiciones pactadas en la entrada de España en la Comunidad Europea. Culto, de extraordinaria precisión jurídica, conversador, tuvo sus más y sus menos con ganaderos que le criticaron un estilo muy presidencialista. Hoy Feiraco factura casi 100 millones de euros. Es una de las pocas empresas que presume de vender leche gallega y solo gallega.