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Necrológica:
Perfil
Texto con interpretación sobre una persona, que incluye declaraciones

Luisito Martí, humorista dominicano

Balbuena, uno de sus personajes, fue un icono en su país en los ochenta

Javier Lafuente

Se resistía tanto a morir que, cuando el pasado diciembre se enteró de los rumores que le daban por fallecido, Luisito Martí, genio de la risa, dominicano, aseguró a sus más cercanos: "¿Qué yo qué..? Me acompaño en mi sentimiento". Quiso tranquilizar, a través de su blog, a sus seguidores, miles en la República Dominicana, pero también, con ironía, comentó: "En estos días se está muriendo gente que nunca antes se había muerto, por lo que hay que abrir los ojos". Los suyos se cerraron el pasado 4 de enero, a los 64 años, después de una larga lucha contra el cáncer estomacal que padecía.

Muy popular en la República Dominicana, Martí nació Luis Bernardo Marte, pero un error del funcionario del Registro Civil evitó que su apellido fuese planetario, aunque sí más sonoro. Añoró no poder ir a la universidad, pero las carencias en casa le obligaron a arrimar el hombro. Mecanógrafo y mensajero fueron sus primeros trabajos, tras los cuales se inició en el mundo artístico como músico y cantante de Combo Show, el grupo de uno de los reyes del merengue, Johnny Ventura. Dos de sus canciones, La muerte de Martín -que no ha dejado de sonar en las emisoras de radio dominicanas desde el día de su muerte- y Ah no, yo no sé no, les valieron su primer disco de oro. Dirigió también su propia orquesta, El Sonido Original, entre 1976 y 1983. A mi hijo no me le den o Te dijeron que bebieras así, fueron dos de sus grandes éxitos.

A pesar de sus inicios en el mundo de la música, Martí destacó sobre todo como humorista. El show del mediodía, el programa de televisión en el que comenzó a trabajar en 1983, le permitió interpretar a Balbuena, un personaje con el que retrataba la cotidianidad de la República Dominicana. La fijación de su álter ego era la misma que tenían prácticamente todos los dominicanos: dar el salto a Estados Unidos. Las aventuras de Balbuena consistían en eso, en llegar de cualquier forma, a cual más ingeniosa, a Nueva York. El éxito fue tal que Luisito Martí grabó dos películas sobre Balbuena: Nueva Yol y Nueva Yol 3. No, no hay un error, nunca hubo segunda parte. El genio caribeño de la risa siempre sostuvo que éstas nunca fueron buenas.

Los locos también piensan fue su tercera incursión en el mundo cinematográfico, pero ni de lejos llegó a tener la repercusión que logró con los filmes sobre Balbuena. Eso no impidió que Martí siguiese generando risa y dando vida a otros personajes en los diferentes programas de televisión en los que participó. Con su muerte, además de Balbuena, también se fueron Belarminio, Don Efraín o Lamparita, sus otros yoes.

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Sobre la firma

Javier Lafuente
Es subdirector de América. Desde 2015 trabaja en la región, donde ha sido corresponsal en Colombia, cubriendo el proceso de paz; Venezuela y la Región Andina y, posteriormente, en México y Centroamérica. Previamente trabajó en las secciones de Deportes y Cierre del diario.

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