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Necrológica:IN MEMÓRIAM
Perfil
Texto con interpretación sobre una persona, que incluye declaraciones

Mohamed Arkoun, contra la ortodoxia

Luz Gómez

Todos los años pido a mis alumnos de la asignatura de Pensamiento Islámico que lean El pensamiento árabe, de Mohamed Arkoun. No ponen muy mala cara, pues apenas tiene 150 páginas. Y todos los años, al cabo de unas semanas, surge la misma discusión: "Habla de lo que ya conocemos, pero no le entiendo". Es lo malo de los pensadores que no tienen nada de divulgadores: que cuando se ponen a divulgar, crean pensamiento nuevo, a su vez susceptible de explicación y glosa. Y así, deconstruyendo la deconstrucción del pensamiento árabe de Arkoun, comenzamos el recorrido por una disciplina, el pensamiento islámico, que en alguna ocasión algún gracioso calificó de oxímoron.

En este librito, Arkoun no presenta la típica historia del pensamiento árabe, sino que busca aquello que merma su modernidad. Y no encuentra otra explicación que el culto a la ortodoxia. "Contra la ortodoxia" podría ser el lema del enfoque arkouniano.

Según su análisis, el yeso de la ortodoxia habría paralizado la razón islámica allá por el siglo XI, una ortodoxia no solo teológica, sino política e ideológica. Es lo que caracterizó como "la implacable solidaridad entre Estado, escritura, cultura docta y religión oficial". Así, la cultura araboislámica habría caído en la cultura de los "impensados": ideas que dejan de pensarse, que se habrían convertido en los "impensables" del islam (la libertad individual, la historicidad del hecho islámico, la "vulgaridad" de la lengua árabe).

Lo terrible es que perdura esta tiranía de lo "pensado" sobre lo pensable, como señala Arkoun, de la mano de los gestores de lo sagrado (ulemas, sabios pietistas o islamistas) y de los mismos islamólogos. Arkoun, casi el fundador de la islamología moderna, se resistió a quedar encerrado en sus filas. No era habitual hace 30 años que un intelectual musulmán repensara la religión en su totalidad, pluralizándola. Arkoun sondeó los problemas comunes a las "sociedades del Libro" (judaísmo, cristianismo e islam) a partir de la consideración de que el Libro determina las estructuras de un imaginario volcado en el sometimiento a la voluntad divina, que el poder político transforma en sometimiento al sistema.

Nacido en la Kabilia en 1928, se formó en la crispada Argelia de los años cincuenta, y completó su bagaje en una Francia no menos convulsa. Su vida estuvo dominada por el trauma colonial. En sus años juveniles en Argelia fue antifrancés. Y en sus años franceses, casi pasó por antiargelino, pues por sus orígenes bereberes recelaba de la monocorde identidad araboislámica del Frente de Liberación Nacional. Se enfrentó con Muhammad al Gazali, uno de los primeros jeques mediáticos del islamismo contemporáneo. Le criticaron pensadores musulmanes nada sospechosos de conservadurismo, como el teólogo de la "liberación islámica" Farid Esack, que le reprochó su obsesiva ahistoricidad y falta de compromiso social con el presente.

Luz Gómez García es profesora de Estudios Árabes e Islámicos de la Universidad Autónoma de Madrid.

Mohamed Arkoun, en 2006.
Mohamed Arkoun, en 2006.

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