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Necrológica:
Perfil
Texto con interpretación sobre una persona, que incluye declaraciones

Philip Langridge, tenor británico

Fue una de las voces más destacadas de las óperas de Benjamin Britten

Fue para muchos el lógico sucesor de Peters Pears, el tenor y compañero de Benjamin Britten, para quien el compositor británico escribió algunos de los grandes papeles de sus óperas. Pero Philip Langridge, que el 5 de marzo murió a los 70 años en Reino Unido a causa de un cáncer, fue mucho más que un gran especialista en Britten; fue uno de los tenores más versátiles y exquisitos de su generación, quien después de más de 45 años de carrera deja una extensa discografía -ganó dos Grammy- en sus facetas como cantante de ópera, oratorio y lied.

Philip Langridge nació el 16 de diciembre de 1939 en Haw-khurst, en el condado inglés de Kent, al sureste de Londres. Allí empezó a estudiar canto y violín y amplió su formación como violinista en la Royal Academy of Music de Londres, donde también prosiguió sus estudios de canto -inicialmente "sólo por diversión", según dijo- con Bruce Boys y Celia Bizoni. A principios de los años sesenta inició su carrera como violinista y, tras un verano en el coro del prestigioso Festival de Glyndebourne, cambió el violín por el canto.

Debut como solista

En 1964 debutó como solista interpretando un personaje comprimario en la ópera Capriccio, de Richard Strauss, en Glyndebourne. A este siguieron nuevos papeles y contratos para cantar en teatros líricos, salas de conciertos y festivales de Reino Unido hasta que el director de orquesta Riccardo Chailly le escuchó en una grabación de la obra Kammermusik, de Hans Werner Henze, y le contrató para interpretar, en 1979 en la Scala de Milán, el personaje de Tom Rakewell de la ópera de Stravinski La carrera del libertino. Su debut en el prestigioso coliseo italiano le abrió las puertas de una prolija carrera internacional, que incluyó teatros como el Metropolitan de Nueva York, la Ópera de Múnich o el Festival de Salzburgo, entre otros, e incluso le abrió las puertas del principal teatro de su propio país, el Covent Garden de Londres.

Más allá de una belleza convencional, la voz de Philip Langridge poseía un particular color que le singularizaba como tenor. Su dúctil fraseo, perfecta dicción, musicalidad y notables dotes actorales cimentaron su gran prestigio. Y su versatilidad le permitió abordar un amplio y extenso repertorio, que abarcó desde las obras de Claudio Monteverdi hasta las óperas contemporáneas, pasando por Wagner, Ravel y Stravinski. Pero fue sobre todo en las óperas del checo Leos Janácek y del británico Benjamin Britten en las que alcanzó mayor prestigio. Sus interpretaciones de los personajes de las óperas de Britten Peter Grimes; capitán Vere, de Billy Budd; Aschenbach, de Muerte en Venecia; y Quint de Otra vuelta de tuerca, fueron referencia. Además, su amor y defensa de la música contemporánea británica le llevó a estrenar óperas de Harrison Britwistle, Michael Tippett y Thomas Adès.

Langridge se presentó en 1978 en Madrid como solista de la Misa en si menor de Bach con la Orquesta Nacional de España dirigida por Antoni Ros Marbà. Volvió en 1984 a Barcelona con la English Chamber Orquestra como solista de dos oratorios de Haydn y Mendelssonh y, ya en esta década, cantó en el Liceo de Barcelona Billy Budd (2001) y Boris Godunov (2005).

Su última interpretación fue el personaje de la bruja en la ópera Hansel y Gretel de Humperdinck, en el Metropolitan de Nueva York en diciembre y enero pasados. En su agenda tenía compromisos para los próximos tres años, entre ellos, un papel en el estreno, previsto para febrero de 2011, de la nueva ópera que el británico Mark-Anthony Turnage compone sobre la vida de la ex conejita de Playboy Anna Nicole Smith, muerta en 2007 de sobredosis.

Philip Langridge.
Philip Langridge.

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