_
_
_
_
_
Necrológica:
Perfil
Texto con interpretación sobre una persona, que incluye declaraciones

Yaafar al Nimeiri, el líder que islamizó Sudán

El presidente implantó en 1983 la 'sharía' en el norte y el sur

Yaafar al Nimeiri, presidente de Sudán entre 1969 y 1985, murió el 30 de mayo a los 75 años en un hospital militar de Jartum, por complicaciones cardiacas. "Estaba demasiado delicado para sacarlo fuera del país para que recibiera tratamiento", dijo a Reuters su secretario Makkawii Ahmed.

Nimeiri nació el 1 de enero de 1930 en Omdurman, ciudad al este de la capital sudanesa. Hizo la carrera militar en su país, y allí se alió a compañeros que compartían sus ideas panarabistas y socialistas inspiradas por Nasser. Después, en 1966, se graduó en la academia del Ejército Estadounidense de Fort Leavenworth (Kansas).

Con algunos comandantes afines a sus ideas, dio un golpe de Estado en 1969 y se hizo con el poder, con lo que acabó con la guerra civil que asolaba el país desde su independencia de 1955. Comenzó una serie de reformas económicas, que incluyeron nacionalizaciones de bancos y empresas y reformas agrarias. En la oposición se encontraban los líderes islamistas, como Sadiq al Mahdi, que intentó en 1970 un golpe contra él -en total, sufriría cuatro intentos de derrocamiento, el último con éxito-, pero fracasó.

Las ideas políticas debían de discurrir fluidas en la mente de Nimeiri, que en plena guerra fría seguía en buena amistad con EE UU. Eso le vino bien cuando una facción comunista de su Gobierno intentó derrocarlo en julio de 1971, con el mismo éxito que Al Mahdi. Para protegerse las espaldas, Nimeiri convocó un referéndum en septiembre del que obtuvo el 98,6% de los votos a su favor.

Entonces comenzó a retroceder en sus medidas de izquierda, privatizó bancos y favoreció inversiones extranjeras de varios países, muchos de ellos interesados en el petróleo que podría haber en la costa del mar Rojo. Mientras se efectuaban estas prospecciones, en 1972 se firmó en la capital etíope, Addis-Abeba, un tratado con las regiones del sur, de población cristiana y animista, frente al norte musulmán. Por este acuerdo, las tres provincias del sur quedaban reunidas en una, que tendría un gobierno autónomo.

Parecía que habían terminado las tensiones internas del mayor país de África, con una superficie de más de 2.500.000 kilómetros cuadrados y una población de alrededor de los dos millones de habitantes, según el censo de 2005. Pero, como el petróleo no aparecía, las prospecciones continuaron. Y la compañía californiana Chevron comenzó a encontrar primeras vetas de gas en la zona sur y, más tarde, el preciado oro negro. El interés por el mar Rojo decayó y el resto de las compañías renunciaron a sus concesiones.

Cambio de rumbo

En paralelo, Nimeiri se fue olvidando de sus ideas panarabistas y socialistas y se aproximó al Partido de la Nación Islámica (UMA), liderado por su presunto enemigo Al Sadhiq, y a los integristas islámicos con el clérigo Hasan al Turabi a la cabeza. Con ambos firmó en 1977 un acuerdo de reconciliación. Previamente, Al Mahdi había comandado un tercer golpe, apoyado por Libia, que se saldó con 3.000 muertos.

La autonomía del sur fue perdiendo peso. Primero, Nimeiri permitió que continuasen las prospecciones de Chevron en la zona, lo que atentaba contra el tratado de Addis Abeba, como recuerda quien fue su vicepresidente, Abel Alier, en la web sudaneseupdate.com. En principio, el sur y el Gobierno central estaban de acuerdo. Pero la hiperinflación del país tentó a Nimeiri para recortar la autonomía del sur, para que el Gobierno central controlase más los recursos petrolíferos del sur. El tema remata a la hora de decidir dónde instalar una refinería. Mientras el Gobierno apostaba por Port Sudan, en el mar Rojo, los líderes del sur preferían un oleoducto hacia Mombassa, de forma que llegara al Índico desde Kenia, país que consideraban amigo.

Con Chevron de su parte, y el apoyo militar estadounidense también, Nimeiri impuso en todo el país la sharía, la ley islámica. El sur lo interpretó como una declaración de guerra y comenzó una contienda que le costó al país dos millones de muertos y cinco millones de desplazados hasta su final oficial en 2005. Nimeiri, mientras tanto, había sucumbido a un sangriento golpe militar en 1985, liderado por el general Suwar al Dab. Tras las elecciones, gobernó Sadiq al Mahdi.

Nimeiri buscó asilo en El Cairo, donde pasó 14 años. Regresó a Sudán en 2000 y formó el Partido de la Alianza de Fuerzas del Pueblo Trabajador, del que enseguida afirmó que apoyaba al actual gobernante Partido del Congreso Nacional. Tal vez intentaba reconciliarse con sus orígenes políticos, pero para entonces ya estaba fuera de todo juego de poder. Mientras tanto, el conflicto de Darfur, olvidado por casi todos.

Yaafar al Nimeiri.
Yaafar al Nimeiri.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_