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Cosa de dos
Columna
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Clientela

Enric González

Permitan que siga dándoles el peñazo con Joseph Schumpeter: prometo que es la última vez esta semana. El economista austro-checo pensaba que en los sistemas democráticos la gente, o los votantes, o el pueblo, elijan la palabra que prefieran, pintaba bastante poco. Es decir, pensaba que lo del gobierno "del pueblo, por el pueblo y para el pueblo" era una farsa. Qué cínico, dirán ustedes. Bien, vayamos por partes. Según Schumpeter, la política funciona como cualquier otro mercado: los líderes compiten entre sí y finalmente se impone uno de ellos. Existen los programas electorales, eso es evidente. Dejemos de lado su grado de cumplimiento: si ustedes quieren discutir sobre el pleno empleo de Zapatero o el crecimiento sostenido de Rajoy y su niña, háganlo en privado, por favor. El programa es sólo un instrumento para alcanzar el poder, y donde no llega el programa, llega el pacto poselectoral. Si se quiere gobernar, hay que estar a punto para cambiar parte del programa propio por parte del programa ajeno, en especial si el ajeno corresponde a los nacionalistas catalanes y vascos.

Decía Schumpeter que la política funcionaba mejor así porque el pueblo es sentimentaloide, carece de información y se deja manipular por cualquiera. ¿No lo creen? Pues recuerden lo que a mediados de los noventa opinaban el PP y el PSOE sobre Baltasar Garzón, que por entonces se dedicaba a engordar el sumario de los GAL, y comprueben lo que dicen hoy sobre Garzón el PP y el PSOE. En efecto, todo es relativo menos el poder.

¿Las elecciones? En la versión schumpeteriana, son sólo un sistema higiénico para desprenderse del político demasiado corrupto o demasiado incompetente. A veces es casi reconfortante mirar a los partidos como empresas en un mercado, porque, aunque sea con chanchullos y falsas promesas, se esfuerzan por contentar a la clientela. Hay empresas que a veces olvidan tomarse esa molestia. Cuatro, la empresa televisiva de PRISA (editora de EL PAÍS), va a emitir en abierto la excelente serie Mad men. Y, según su página digital, lo hará a la una de la madrugada. Ni siquiera el PP o el PSOE se atreverían a pasarse tanto con el consumidor.

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