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Cosa de dos
Columna
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Cultura

Si de mí dependiera, no existiría en el periódico una sección diaria de cultura. Que nadie se preocupe, porque de mí no depende nada. Cada vez que he expresado esa opinión sobre las páginas culturales me he ganado un enemigo o, en el mejor de los casos, una mirada entre estupefacta y compasiva.

Creo que el ritmo diario no se aviene con la cultura (y no me hagan definir "cultura", porque ahí nos estrellamos). Se depende en gran medida de la industria cultural y de su agenda de promociones. En mi opinión, indudablemente errónea, el periodismo cultural no debería ser una simple exposición de palabras, acontecimientos y artefactos. Debería reflexionar, provocar y, en lo posible, transgredir. Eso resulta más fácil, me parece, en una revista semanal, alejada de las rutinas gráficas y mentales que impone y se impone un diario.

Hablaba de reflexión, provocación y transgresión. Añadiré otra cosa: creación. Es decir, arte, aunque sea minúsculo y efímero. Tales condiciones implican enormes riesgos y ocasionales fracasos, pero enriquecen. Hay periodistas que asumen dichos riesgos. Y su trabajo, incluso dentro de las pautas estrictas de un diario, resulta siempre especial.

Uno de esos tipos se llama Jacinto Antón y, por desgracia para mí en este momento, trabaja en este mismo periódico: lo que digo quedaría más elegante si trabajara para la competencia.

El Gobierno acaba de concederle el recién creado Premio de Periodismo Cultural, y eso es una buena noticia para el Gobierno: demuestra que a veces, por las razones que sea, el Gobierno hace algo bien. Antón suele incluirse en los textos que firma, opina, divaga y, en general, destroza en cada párrafo el Libro de Estilo. Tiene muchas otras virtudes (la erudición, la imaginación, la originalidad, el talento de encontrar una buena historia donde nadie más la ve), pero aprecio en especial las libertades que se toma. Sus entrevistas son rigurosas y, sin embargo, retratan al personaje por encima de sus declaraciones. Cada vez que escribe, inventa un mundo.

Creo que el periodismo cultural debería consistir en eso.

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