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Columna
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Desvanecidos

Sciascia decía que la felicidad es un instante. Pues la actualidad no llega ni a eso. Hay una serie en Cuatro, FlashForward, que diluye en ficción lo que es un sentimiento: estamos en el presente y en el futuro al mismo tiempo, y sobre nosotros vuelan claves que parecen muy significativas, y en un instante son de una total insignificancia.

A FlashForward llegué el martes por la noche desde El hormiguero, en la misma cadena; ahí Pablo Motos quiso que el bailarín Joaquín Cortés hiciera un flashback para contar cómo había enseñado a dar unos pasos de flamenco a Michael Jackson. Pero, ¿se ha muerto Jackson? En G-20 (Telecinco, el lunes; ayer me confundí y dije que fue el martes: problemas del FlashForward) hicieron un reportaje sobre lo que siguen ganando los que ya se murieron, desde Einstein a Elvis Presley, que sigue ganando una pasta. Esa vitalidad de las ganancias parece un desmentido de las necrológicas.

Pues ahí estaba Cortés, enseñando ahora esos pasos flamencos a Motos, acaso el más vitalista de la televisión en España. Después de esos pasos adelante recordando a Michael Jackson, FlashForward nos metió en una especie de túrmix del que salí convencido de que el presente es una ilusión en la que vivimos desvanecidos, esperando, como decía Carmiña Martín Gaite, el porvenir. Ella cantaba (en unas conferencias que dio en la Fundación March) lo que tarareaban sus compañeros de generación, desde Aldecoa a Ferlosio pasando por Azcona: "Sentadito en la ventana esperando el porvenir, y el porvenir no llega...".

En FlashForward el porvenir ya llegó; lo viven después de un desvanecimiento que les obliga a poner en común sus experiencias para saber qué demonios pasó. Aquí estamos en esas: damos un paso (como el de Cortés) y delante se propone el abismo.

En la serie la palabra que más se dice es futuro; es donde viven. Pero ahí vivimos todos. Cambié de canal y di en Intereconomía con un debate en el que explicaban (periodistas y otros que hacían de ello, los diputados Pujalte y Arístegui, del PP) qué había que hacer después de la defenestración de Zapatero. Viven en el futuro, y el futuro es un deseo, para ellos, para cualquiera.

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