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La telebasura se abre paso de la mano del PP

Rosario G. Gómez

Canal 9, uno de los canales autonómicos controlados por el Partido Popular, se ha convertido en una gran fábrica de telebasura. Su capacidad para exportar programas de baja calidad ha inundado Telemadrid, también en manos del PP, y en menor medida Canal Sur, dirigida por socialistas. La emisión conjunta de un fracasado programa de entrevistas a cargo de Pedro Ruiz estrechó las relaciones entre las cadenas valenciana y madrilefia. Ahora comparten Tómbola y En exclusiva. Representantes de los principales partidos coinciden en deplorar estos espacios y abogan por una oferta de más calidad.

La férrea competencia entre las cadenas públicas y privadas ha provocado una eclosión de la telebasura. Las primeras se desprendieron hace años, antes incluso de que cayeran en manos del PP, de la etiqueta de servicio público, y buscan audiencia a toda costa. Hasta el punto de que el actual director de Canal 9, Jesús Sánchez Carrascosa, ha supeditado la conquista del espectador a la rentabilidad de los programas. Ha comprimido los bloques de 'publicidad en estos espacios para que el público no caiga en la tentación del zapeo.La telebasura se concentra en programas de cotilleos sobre los famosos y en espacios que escarban en la vida privada de personas anónimas. Hoy es posible, Tómbola y En exclusiva son sus estandartes. Joaquín Leguina, portavoz del PSOE en la Comisión de Control Parlamentario de RTVE, contempla con "gran pesimismo" la situación de las televisiones públicas. Cree que se ha impuesto la ley de bronce, según la cual la moneda mala expulsa a la buena.

La histeria de la audiencia

"Ante la agresividad de algunos programas basura, las televisiones entran en una competición permanente con la histería de medir al minuto las audiencias", apunta Leguina. Así las cosas, asegura que la calidad empeora a pasos agigantados. "Este año, TVE -dirigida por el PP- está peor que el pasado. Y hace un año estaba peor que el anterior". Añade que el modelo televisivo que predicaba el PP y la realidad ,les mera casualidad".La portavoz de Telecomunicaciones del PP, Ana Mato, no se siente satisfecha de la oferta de los canales públicos. Afirma que hay un exceso de programas sin contenido educativo y cultural y de aquellos que atentan contra la dignidad de las personas. Cree que "las televisiones compiten por hacer el programa más chabacano, aireando las vidas de personas que no nos interesan a los ciudadanos". No obstante, vaticina que la audiencia acabará cansándose de estos espacios y les dará la espalda.

Para el diputado de IU - y ex miembro del Consejo de Administración de RTV-Valencia, Manuel Alcaraz, "Canal 9 es, como exportador de programas basura, un caso emblemático y terrorífico". Denuncia la labor de zapa, destrucción y derribo" que hizo el PP en su etapa de oposición política para deslegitimizar las televisiones públicas" y entiende la telebasura como un proceso acumulativo del ecosistema audiovisual español, en el que se lucha "por lo más zafio" para aumentar audiencia.

Consciente de lo que Canal 9 extrapola, Ana Mato asegura que "esos programas pueden ser entretenidos, pero no se deben emitir en las televisiones públicas". "Esto no quiere decir que sólo ofrezcan rollos o programas aburridos", matiza.

Partiendo de la premisa de que "una televisión pública tiene que ser pública y tener público", Leguína opina que esta máxima no se cumple y añora series como El Quijote o La Regenta, que combinaron calidad y audiencia. Entre la oferta de TVE, lamenta "la visión graciosa sobre algo tan terrible como fue la guerra civil" que se trasluce en la telecomedia La banda de Pérez.

La diputada del PP elude dar títulos de programas basura y enfatiza que la televisión pública "debe responder al interés general de los ciudadanos". Mato otorga a las autonómicas que operan en comunidades con idioma propio "la función de normalización lingüística y cultural", aunque lamenta que hayan entrado en una dinámica de competencia. Manuel Alcaraz confía en esa misión vertebradora, pero recuerda "que el 50% de la programación de Canal 9 es en castellano".

Admite Mato que las cadenas públicas no cumplen los cometidos marcados en sus estatutos y achaca casi todos los males a la época socialista. "El PSOE utilizó TVE en su propio servicio, se afanó en abrir una carrera de adquisición de programas y generó un déficit tan alto que ahora obliga a emitir más publicidad y programas que compitan con las privadas".

Alcaraz insiste en que muchos Programas no diferencian una televisión pública de una privada. "Atienden a criterios de audiencia y siguen una lógica común: maximizar el beneficio económico". Pronostica que mientras la programación esté limitada por razones de mercado la calidad tenderá a degradarse.

Los políticos confían en los consejos de administración de las respectivas cadenas públicas como instrumentos para mejorar la programación. Para el consejero de RTVE Andrés de Blas, elegido por consenso entre PSOE y PP, la emisora estatal debería marcar "un estándar mínimo de calidad", por debajo del cual se fueran eliminando programas de la rejilla. De Blas se muestra partidario de examinar la oferta de TVE para evitar, entre otras cosas, "la parcialidad negativa" de los informativos.

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