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Cosa de dos
Columna
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"Extimidad"

Ya hay otra palabra por ahí, extimidad. Cuando una palabra se inventa para decir lo contrario de lo que significa la madre de la palabra, es lícito echarse a temblar.

Todo puede ser éxtimo. Hasta ha sido éxtima la vida íntima, y dolorosa, de una mujer inglesa que se llama Jade, como la piedra preciosa. Jade llegó al paroxismo de la extimidad, saltó por encima de lo que era previsible, y ahí la ven, protagonizando después de su muerte casi en directo una nueva fase de la locura de abrecartas en que se ha convertido la vida.

El último sábado estuve viendo en La noria (Telecinco) un episodio de extimidad; al lado del que protagonizó Jade en Inglaterra, casi hasta las últimas consecuencias, no era casi nada, un pellizco de extimidad. Tenía como protagonista a un muchacho que se llama Antonio David y que ahora no recuerdo bien por qué es famoso. Ahí le estuvieron preguntando muchas cosas de su extimidad, pero yo me quedé con una intervención que me sorprendió mucho por su audacia dialéctica, de Jimmy Giménez Arnau. Tengo muy buen recuerdo de Jimmy, era un poeta generoso e inteligente al que la vida ha llevado por los derroteros de la fama, tan peligrosa. Alguien de la tertulia le había dicho a Antonio David que su suegro, un ex boxeador, le odiaba a muerte. Y tomó la palabra Jimmy. No, no le odiaba a muerte, empezó a decir, y yo me dije en casa: bueno, parece que esto se va a rebajar. Pues, no. Siguió Jimmy: "No te odiaba a muerte; te querría arrancar la cabeza".

A mí me pareció poco sutil la diferencia, pero así deben ser las cosas vistas según los códigos de la extimidad. Alguna vez se revisarán esos códigos, pero ahora, señores, esto es lo que hay: un poeta como Jimmy acepta que en un diálogo sobre la vida íntima entre como si nada la evidencia de la cimitarra.

Estuve viendo El programa de Berto (La Sexta) el domingo. En la línea de los grandes humoristas (Buenafuente, Motos, Mota, Ortega, Reyes...). En el próximo ya no tendría que decir que al fin tiene un programa. Lo tiene, se lo merece. Ya, que se ponga a hacerlo como si no tuviera red. Que se exponga, que se haga éxtimo por un rato.

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