Hay vida más allá de Word
Ya está en el mercado, en versión Beta, la versión provisional del entorno de trabajo más célebre y veterano del mercado: Microsoft Office. En su nueva reencarnación, el procesador de textos ha sido bautizado como Office 2010. Word nació en 1983. Era entonces tan sencillo como ahora: una pantalla sobre la que escribir con el teclado. Word, además, es el líder indiscutible de su sector. A pesar de su precio. El conjunto Office, en su versión 2007, cuesta entre 129 y 649 euros. Pero en ocasiones sus funciones son limitadas. Y un problema suele ser el de la organización. En multitud de ordenadores abundan fotos, apuntes y documentos paralelos.
Para paliar ese problema nació Scrivener para Mac (28 euros). El maestro y aspirante a novelista Keith Blount creó esta aplicación en 2004. "Descubrí que tenía cientos de documentos de Word desparramados por mi disco duro, con distintas escenas e ideas, era muy difícil organizarlos", explica. Así nació esa interfaz, que permite fragmentar el texto principal en capítulos y escenas en los que trabajar por separado, para unirlos automáticamente al final. En la pantalla hay, además, un navegador desde el que acceder de forma fácil y rápida a imágenes, archivos PDF u otros documentos donde se hayan hecho anotaciones.
Ahora bien, a los nostálgicos de la máquina de escribir un programa tan sofisticado como Scrivener les puede parecer un quebradero de cabeza. Para ellos sería más adecuado WriteRoom, que se vende en su página web como "escritura sin distracciones". Se trata de una pantalla negra sobre la que escribir en letras verdes. Nada de cajas o paletas de formato. Sencillez pura. Se vende por unos 16 euros en su versión para Mac, aunque la página norteamericana they.misled.us ofrece una versión gratuita para Windows.
Google también ha penetrado en el negocio. Así, Docs es un procesador gratuito y que guarda los textos en Internet. El límite de almacenamiento es de 5.000 documentos por usuario. Desde el año pasado ofrece un servicio offline para trabajar sin conexión a la Red.
IBM, por su parte, ofrece su propio procesador gratuito en el entorno de aplicaciones Lotus Symphony, junto con programas de creación de tablas y presentaciones gráficas.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Archivado En
Últimas noticias
El Bernabéu señala a Vinicius, pitado por la grada tras ser sustituido contra el Sevilla
El tren interoceánico con 148 pasajeros choca en México con un tráiler sin dejar heridos
Un récord para Mbappé en la noche del desencanto del Bernabéu con el Real Madrid
La Real Sociedad ya tiene nuevo entrenador: Pellegrino Matarazzo
Lo más visto
- Uno de los promotores de la señal V-16 de tráfico: “Es duro oír el testimonio de víctimas que han sufrido amputaciones al poner los triángulos”
- Cae una organización que enviaba camiones cargados de cocaína desde Marbella hasta varios países europeos
- Más de 40 congresistas demócratas piden por carta a Trump que cese en sus “intentos de socavar la democracia en Brasil”
- La policía registra varios domicilios y las oficinas de la ministra francesa Rachida Dati por otro presunto caso de corrupción
- La Administración de Trump publica solo una parte muy censurada de los papeles de Epstein, aunque la ley le exigía difundirlos “todos”




























































