_
_
_
_
_
Cosa de dos
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Hechos

En Italia acaba de nacer un nuevo periódico, Il fatto quotidiano (El hecho diario). En España aparecerá pronto un diario digital llamado Factual. No debe de ser casualidad esa coincidencia en la referencia a los hechos, a la terca y puñetera realidad. Il fatto... surgió como reacción al berlusconismo informativo, que viene a ser como el periodismo de opinión de toda la vida, pero a lo bestia y al servicio de una sola persona. El periodismo de opinión es el que sin detallar los hechos, o citando alguno de ellos de pasada, o retorciéndolos lo necesario, ofrece al lector una interpretación de los mismos. Un ejemplo clásico eran aquellas singularísimas portadas que inventaba Anson cuando dirigía Abc: Aznar-Casillas parando goles y cosas así.

El periodismo de opinión berlusconiano se define con otro ejemplo. Cuando Verónica Lario, esposa de Il Cavaliere, anunció su intención de divorciarse, el diario Líbero no se molestó en recopilar datos farragosos. Buscó una foto de cuando Verónica era actriz y mostraba los pechos en una obra de teatro, la plantó en portada y colocó sobre ella el titular Velina ingrata. Aquí tenemos dificultades para traducir velina, un término muy italiano. En una traducción que no respetaría la letra pero sí el espíritu, podría leerse como Putiflor ingrata. Después de una portada así, ¿quién quiere entretenerse con la letra pequeña?

El periodismo de opinión clásico solía ser incómodo con el poder. Ahora es el poder quien hace periodismo de opinión (los políticos no pronuncian frases, sino titulares sensacionalistas) y quien más lo fomenta, porque la opinión tiende a provocar simples reacciones binarias ("sí" o "no") y a difundirse de forma viral, en lugar de obligar al receptor a establecer su propia interpretación de los hechos. Cuanto menos piense la gente, más tranquilos todos. Las opiniones, además, pueden ser infinitamente numerosas, por lo que se devalúan unas a otras. Los hechos, en cambio, son los que son y tienen valor fijo. No es extraño que el periodismo con ambiciones renovadoras haga de ellos su bandera.

Recibe el boletín de televisión

Todas las novedades de canales y plataformas, con entrevistas, noticias y análisis, además de las recomendaciones y críticas de nuestros periodistas
APÚNTATE

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_