Lucía Pérez cae ante un público a la baja
Casi seis millones de espectadores (5.994.000, 39,8% de cuota de pantalla) siguieron en TVE-1 las votaciones de Eurovisión, que se saldaron con un nuevo resbalón para España. Lucía Pérez terminó antepenúltima con su canción Que me quiten lo bailao en la 56º edición del certamen, que se celebró en Düsseldorf (Alemania). El gran premio de la noche fue para el dúo Elle&Nikki, de Azerbaiyán.
La emisión del festival (de 21.00 a 23.25) reunió a una media de 4.742.000 personas (32,3%). Un buen registro que permitió a la cadena pública liderar el sábado con un 18,6%. Sin embargo, aunque la cita eurovisiva arrasó, perdió más de un millón respecto a 2010, con Daniel Diges (5.760.000), y casi la mitad de la audiencia de 2008. Así, el récord de los últimos cinco años continúa en poder de Chikilicuatre, edición que, pese a la polémica, interesó a 9.336.000 eurofans (59,3%), según Barlovento Comunicación.
Claro que en 2007 el grupo D'Nash resultó todavía peor parado, con 3.373.000 personas (28%). Hasta la fecha, el mejor dato de la década se debe a la granadina Rosa López. En 2002, la triunfita rompió los audímetros con 12,7 millones (80,4%).
