_
_
_
_
_
Cosa de dos
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Mensajes

Yo creía que un poco de culpa la tenía el periodismo. Ya saben que no es noticia que un perro muerda a un hombre, sí lo es que un hombre muerda a un perro. Bueno, eso se decía antes. Ahora, muerdes a un perro y no sales ni en Arena mix. Para que te incluyan en el programa que Antena 3 dedica a las inquietudes de ciertos veraneantes, tienes que enseñar las tetas, vomitar, o ambas cosas.

Decía, ingenuo de mí, que sospechaba de los periodistas. Pensaba que los políticos se pasaban el día diciendo cosas razonables y que, por exceso de trabajo y celo profesional, en algún momento cometían un desliz: un vahído, un calentón verbal. Entonces llegaba la prensa y lo destacaba para crear una noticia, y el político quedaba mal.

Resulta que no. Desde que los periodistas son prescindibles y los políticos envían sus mensajes directamente al televisor, como los malos de las películas de James Bond, hemos comprobado que nadie manipulaba ni exageraba nada. Resulta que son así. Aparecen en pantalla, sueltan su amenaza, y se disuelven en el éter.

De Camps me extraña menos. Da el tipo. Pero María Dolores de Cospedal, la secretaria general del PP, me parecía otra cosa. De hecho, sigue pareciéndomelo. ¿Cómo se le ocurre enviar a los medios esas declaraciones tan cutres? No lo digo porque mezclara los presuntos trajes de Camps con la lucha contra el terrorismo, que ya son ganas, sino por cuestiones puramente formales: hasta los asesinos de Al-Qaeda producen videomensajes mejor facturados.

No pido que volvamos a la intermediación del periodista. Me conformaría con que los políticos se concentraran en lo suyo, en insultar al rival y a nuestra inteligencia, y no quisieran además dañarnos la vista.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_