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Cosa de dos
Columna
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Mirones

¿Para qué perder el tiempo mirando un reality, cuando se puede mirar la realidad? Y ver crímenes en directo. Y, encima, ganar dinero. Ésa es la idea de Internet eyes, una iniciativa británica que el próximo mes se pondrá en marcha de forma experimental en Stratford-upon-Avon y que aspira a funcionar pronto en todo el país.

El proyecto, que ayer contaba The Times, es ingenioso. En Reino Unido hay 4,2 millones de cámaras de vigilancia, pero, salvo rarísimas excepciones, nadie mira lo que filman. Internet Eyes, una empresa privada, ofrece a los propietarios de las cámaras (policía, empresas, particulares) la posibilidad de que emitan en directo a todo el mundo, gracias a la Red. Los propietarios tendrán que pagar por ello una pequeña cantidad. Los mirones, en cambio, podrán abonarse gratis.

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¿Qué se gana? El mirón que detecte un crimen obtendrá 1.000 libras. En teoría, a los dueños de las cámaras les interesa que alguien, cuanta más gente mejor, observe lo que captan. Siguiendo en el plano teórico, los propietarios de las cámaras, incluyendo la policía, estarán dispuestos a pagar una cuota para que haya mirones, y con ese dinero será posible sufragar el premio para quien denuncie un crimen mientras aún se está cometiendo o se acaba de cometer.

Las cámaras de seguridad no ofrecen la programación más amena del mundo. Ya saben: blanco y negro borroso, sombras que van y vienen y ausencia de diálogos o banda sonora. Pero, por otra parte, no hay publicidad y el riesgo de que aparezca en pantalla Belén Esteban es realmente muy pequeño. Eso también hay que tenerlo en cuenta.

La idea puede tener éxito. Supongo que obtendrá, al menos, una excelente acogida entre la delincuencia en general. El delincuente tendrá a su disposición decenas de miles de cámaras. Podrá detectar, por ejemplo, esa casa donde vive una persona que vuelve sola del trabajo pasada medianoche. Sabrá cuántas cámaras hay en la calle y cuál es su campo. Le bastará con abordar a la víctima fuera del alcance de las cámaras y hacer lo que corresponda a su especialidad delictiva, sea el atraco u otra cosa.

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