NightJack
¿Puede tener un blog tantos lectores como un periódico? En ese caso, ¿qué ocurre? Una de las ventajas de la realidad consiste en que acaba respondiendo a ciertas preguntas teóricas, como las expuestas anteriormente. Ya sabemos que un blog, en este caso el de alguien oculto bajo el seudónimo de NightJack, puede superar los 60.000 lectores diarios y alcanzar puntas de 500.000. Y sabemos también lo que ocurre: The Times, el diario londinense que en otra época representó los mejores valores del periodismo, ha conseguido cerrar el blog de NightJack.
NightJack empezó a escribir un blog en febrero de 2008, ocultando su identi-dad pero presentándose como miembro de la policía. Hay bastantes blogs policiales y anónimos en Reino Unido (pueden verse en www. 200weeks.police999.com); NightJack, sin embargo, se distinguió rápidamente. La escritura era ágil, permitía seguir de forma cotidiana el trabajo de un detective y sólo se omitían, para no vulnerar la legislación procesal, los detalles que habrían permitido identificar los casos en los que NightJack participaba. El éxito le fue reconocido en abril pasado con el Premio Orwell al mejor blog; la dotación económica fue entregada a una institución benéfica.
Hasta aquí, todo bien. Pero a The Times se le ocurrió investigar quién era NightJack, y lo descubrió. El autor del blog acudió a la justicia para que defendiera su anonimato y un juez decidió, el martes, que su identidad no merecía ninguna protección. The Times publicó de inmediato que NightJack era Richard Horton, detective de la policía en Lancashire. Acabado el anonimato, se acabó el blog. Y los lectores de The Times, muchos de los cuales eran también lectores de NightJack, están furiosos con el diario.
"Es que podía ser un fraude", se defiende The Times. Sí, pero no lo era. ¿Ha servido The Times al interés público? No, más bien lo contrario. Ha forzado el cierre de un blog útil e interesante y ha creado una jurisprudencia peligrosa: ningún blogger británico tiene ya derecho legal al anonimato. Todo eso, ¿para qué? Pues para vender unos ejemplares más: estas cosas las hacemos siempre por dinero.
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