_
_
_
_
_
Cosa de dos
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Original

Enric González

Hubo una época en que idear una serie original resultaba sencillísimo. Bastaba un policía con cualquier circunstancia peculiar: un policía inválido (Ironside), un policía gordo (Cannon), un policía con un loro (Baretta). Hablamos de la antigüedad, claro. Con los años, las cosas se fueron complicando. Ya no bastaba con añadir un detalle curioso. Si se producía una serie de médicos, el protagonista tenía que ser raro de narices (un misántropo toxicómano, como el doctor House); si la serie giraba en torno a un forense, el forense tenía que ser un psicópata asesino (Dexter) o trabajar sobre casos absolutamente marcianos (CSI).

La sociedad estadounidense HBO ha sido estos últimos años quien más ha forzado las meninges de sus guionistas. ¿Una comedia dramática? Nada más divertido y humano que una empresa de pompas fúnebres (Dos metros bajo tierra). ¿Una del oeste? Pues una recreación de los dramas de Shakespeare (Deadwood). ¿Una saga familiar? Ahí están los mafiosos de Los Soprano.

Más información
La victoria de 'El rey Escorpión'

TNT, productora rival de HBO, no se quedó atrás. El año pasado lanzó una serie protagonizada por una policía cínica, alcohólica y (niños, por favor, no leáis esto) fumadora, más o menos homicida y acompañada por un ángel. Se trata de Salvando a Grace, que Cuatro estrena esta noche en España.

¿Qué podía hacer HBO, sino pisar el acelerador? Su penúltimo invento, que se estrena hoy en Estados Unidos, se llama True blood y gira en torno al movimiento vampírico internacional. Siempre hay, sin embargo, un más allá. Lo ultimísimo de HBO, aún en fase de preparación, se llama Hung. ¿Argumento? Un entrenador de baloncesto posee un pene faraónico, y decide rentabilizarlo.

Llegados a este punto, ¿qué podemos esperar para el futuro? Pidámoslo todo: un psicópata asesino que trabaje como médico de enfermedades difíciles, que disponga de un original equipo de colaboradores (pongamos un ángel, un vampiro y un cadáver embalsamado), que sea perseguido por un mafioso neurótico y que, naturalmente, cure a sus pacientes con un portentoso golpe de picha.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_