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Análisis:
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

Retroalimentación

David Trueba

Hay personajes públicos que si no existieran dejarían un vacío tan tremendo como si quitas un bloque de viviendas en tu calle. El presidente del F.C. Barcelona, Joan Laporta, es uno de ellos. Ahora mismo borras a Laporta del día a día y yo creo que cierran periódicos, radios y televisiones por falta de madera para la locomotora. Ha de tener cuidado, porque le pasa un poco como a Gil y Gil, que cuando andábamos faltos de un terremoto o una riada, le iban a buscar para que nos deleitara con alguna perla. Para celebrar ese protagonismo Elmundotv le ha propuesto un posado en el Camp Nou un poco a la manera de discurso de comienzo de año. Dura sólo unos minutos con él hablando a cámara y parecería un formato institucional si no zumbara el viento contra el microfonillo todo el rato, si él no se mostrara con una sonrisa ladina de "sé que no me tragáis, pero aquí estoy triunfando" y si no le hubieran encuadrado maliciosamente contra las letras del graderío que dicen F.C. Barcelona, pero dejando sólo visible a izquierda de pantalla la palabra Bar, quizá recuerdo de aquellas fotos furtivas tomadas en el Luz de Gas mientras celebraba las copas.

Laporta se ha convertido en un antilíder, en alguien a quien de tanto criticar se le encumbra. Es como esos malvados de Batman, que al final siempre le roban la película al héroe. El fenómeno se llama retroalimentación. Yo te odio, tú me odias, vamos a montar un buen show.

Pues bien, Laporta, que cuando no pierde los nervios tiene una eficaz frenada y labia de picapleitos listo, se suelta una parrafada autolaudatoria donde recuerda que los triunfos de este Barcelona ejemplar y hechizante son un triunfo del catalanismo. Y tiene razón. Pero hace poco estuve en África y los chavales mostraban su amor al Barça no por un africanismo catalanizado, sino porque el fútbol de ese equipo les resultaba alegre, festivo y brillante.

Cuando gana el Madrid no piensan que Esperanza Aguirre tiene la planta de Eva Mendes. Luego, para recordar a sus anfitriones que la entrevista es una concesión magnánima acusa a la caverna mediática españolista, ¡presente!, de no haber sido capaz de digerir el 2-6 del Bernabéu. Y se equivoca, porque ese resultado se digirió en apenas un par de minutos, los que tardas en recordar la excelencia de trato al balón que le da el equipo de Valdés, Puyol, Piqué, Busquets, Iniesta, Xavi y los demás. Hubiera tenido gracia que Laporta, para completar el discurso terminara con un: "Fins a la vista, cavernícolas". Las dos maquinarias parecen perfectamente engrasadas. La que nos espera de aquí a junio.

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