Disolución del humor
Lo mejor del filme de esta noche, El mayor mujeriego, es el reparto. En él coinciden un Peter Sellers que aún no había abordado su etapa de cómico internacional y esclavizado por el inspector Clousseau, la magnífica Margareth Leigthon, el increíble rostro de Cyril Cusack y el sobrio John Fraser.Ellos son los responsables de que la función tenga algún atractivo, aunque no sea el que procuró insuflarle Anouilh al escribir El vals de los toreros. John Guillermin, el director, un cineasta del que nadie recuerda una película satisfactoria, aplicó su implacable rutina, profesional a resprit francés logrando que todas las consideraciones sobre el amor y la vida militar quedaran reducidas a nada o a fatigosos tópicos. La sutileza humorística no es una virtud compatible con la dirección entendida como mera ilustración de los guiones, y es lógico que las sonrisas escaseen.
En cualquier caso, la rememoración por parte del protagonista de sus andanzas galantes no deja de tener un mínimo encanto, derivado del poder de la nostalgia. Eso ya estaba en el vodevil de Jean Anouilh y Guillermin no ha conseguido borrarlo por completo, de manera que los personajes tienen donde agarrarse y sobrevivir.
El mayor mujeriego se emite hoy a las 20.30 horas, dentro del programa 'Silencio se juega' por la segunda cadena.
