Selectividades
Los deberes para hoy consisten en tomar los criterios de calificación que utilizaron las autoridades políticas para dar las concesiones de televisión y volver a hacer el examen, pero ahora mirando la emisión real. Este periódico publicó ayer las calificaciones de la Comunidad de Madrid, por las cuales se entregaron las concesiones de canales de TDT a los actuales poseedores. Escuchen la lista de valores que se puntuaban: la pluralidad de la oferta informativa, la calidad de los contenidos, los servicios adicionales que se ofrecen, la satisfacción de los intereses del público, la creación de empleo, la promoción cultural de la comarca y el desarrollo tecnológico. No se rían. Los siete canales ganadores obtuvieron un notable de media según la Mesa de Contratación. ¡Un notable! Vamos, no sean duros, ¿quién no disfruta con una teletienda, con un concurso de llamadas telefónicas, con un programa del corazón, con un debate donde todos están tan de acuerdo que se crecen en los insultos con el calentón? ¿Con la promoción futbolística, con un poquito de erotismo a deshoras, con la consulta parapsicológica, con la música enlatada de radiofórmula y la hora de la ciencia dedicada al horóscopo? Vamos, que con un 7 se quedaron cortos.
La Comunidad de Madrid entregó los canales como cuando uno jugaba solo de pequeño a las chapas y siempre, sorprendentemente, ganaba tu equipo favorito. Las televisiones privadas viven con este pecado original. Si lo que se buscaba era pluralidad informativa habrá que felicitarse, porque uno pone la TDT y le parece que está viendo la BBC, igualito. Los jóvenes, que pasan estos días el examen de selectividad, deberían aprender de estos tribunales y jamás presentarse si no les dan la nota por adelantado.