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Columna
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Simpsoniana

Homer le dice a Marge : "Las series animadas no tienen significado profundo. Sólo son unos dibujos estúpidos para pasar el rato". Sin embargo, el papá de la serie, Matt Groening, sostiene que una de las cosas buenas de Los Simpson es que si has leído algunos libros pillarás más chistes. La cita está en el libro Los Simpson y la filosofía (Blackie Books), un curioso ejercicio en el que un grupo de profesores anglosajones han decidido rastrear el pensamiento más reconsagrado en los escenarios de esta longeva producción de televisión. Así, el prosaico amor de madre de Marge, que adora a su hija con la misma pasión que a su aspiradora, sirve a uno de los teóricos para irse a la madre de Flaubert tal y como la describe Sartre.

"¿Es posible que, desde una perspectiva nietzscheana, hayamos estado admirando al personaje equivocado?", se pregunta uno de sus autores contemplando a Lisa y a Bart. Hay más viajes mentales de este tipo. Por ejemplo, comparar sus estrategias humorísticas con las descritas por Kant. Pero lo más curioso es que no es el único caso de libro que busca en la tele los contenidos de una verdadera cátedra sin la pompa de la academia. Mark Rowlands asegura: Todo lo que sé lo aprendí de la tele (Edaf) y subtitula su obra: ¿A quién preferiría como profe de filosofía, a Sócrates o a Homer Simpson? Exageraciones de mercadotecnia al margen, el autor, por ejemplo, explica la infelicidad de Tony Soprano acudiendo a Platón...

Desde luego, siguiendo a estos ensayistas a uno le cuesta emplear aquel comodín intelectual tan instalado que define la tele como la caja tonta. Desde luego, hay programas que se prestan poco, nada, a una repesca inteligente. Pero incluso en los de temario más banal, cuando quienes lo administran, como Jorge Javier Vázquez, introducen la risa, los expertos del metalenguaje podrían escribir otro libro. Su nuevo contrincante, Tal cual express (Antena 3), que debutó ayer, deberá introducir más dosis de descreimiento si quiere emularlo.

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