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Televisión

Televisión Adiós, mucho adiós en RTVE

El goteo de bajas continúa en Televisión Española. Detrás de las cifras oficiales (4.150 trabajadores) que marcan el recorte de la plantilla de RTVE hasta finales de este año se esconden algunos de los rostros más populares de la pequeña pantalla. Muchos ya han dicho adiós. Otros estarán en sus puestos hasta diciembre. Se cumplirán entonces los dos años previstos para culminar el acelerado proceso de salidas.

Ahora le toca el turno a Cristina García Ramos, pionera de los programas de crónica del corazón, que se despide hoy después de 15 años al frente del programa de fin de semana Corazón, corazón, y a José Antonio Maldonado, que este verano cederá definitivamente el testigo de los anticiclones, las borrascas y las isobaras a Mónica López, la nueva mujer del tiempo.

Sus nombres, respetados por sus colegas y respaldados por los espectadores, se unen a los miles de trabajadores que se han acogido al expediente de regulación de empleo de la corporación estatal. Esta medida, que forma parte del plan de saneamiento de RTVE, ha provocado la jubilación anticipada de personajes unidos a la historia de la televisión española.

Además de un buen número de productores, realizadores, montadores, camarógrafos o iluminadores, en los últimos meses se han despedido profesionales que han adquirido una gran notoriedad por su trabajo ante las cámaras, como el crítico de cine Antonio Gasset, el comentarista deportivo José Ángel de la Casa, la reportera Rosa María Artal, el corresponsal Agustín Remesal, la directora de Aquí hay trabajo, Alicia Fernández Cobos, o el director de series de prestigio como Ésta es mi tierra, Juan Manuel Martín de Blas.

CRISTINA GARCÍA RAMOS. Pionera del corazón

Nació como el típico programa para el verano, pero el fulgurante éxito lo ha mantenido en antena durante 15 años. En este tiempo, TVE ha emitido 1.315 ediciones de Corazón, corazón, un formato que abría la puerta a la vida de los famosos. "Me resultaba realmente extraño. Mi registro no era la crónica social. Siempre había hecho informativos", recuerda Cristina García Ramos, que en 1993 se puso al frente del proyecto. Hasta entonces, la periodista canaria había conducido el Telediario y moderado espacios de debate.

Insiste en que desde el principio se propuso abordar el mundo de los famosos con "seriedad y rigor" y huir de "la vulgaridad, la chabacanería y el mal gusto". Corazón, corazón marcó el nacimiento de un género que con el tiempo fue exportado a otras cadenas y a otras áreas de la parrilla. Parecía la gallina de los huevos de oro. "Sus contenidos fueron trufando la mañana, la tarde y la noche, y hubo excesos. Eso era malo, porque a estos programas hay que darles tiempo y espacio. No hay famosos para tanto", comenta.

Corazón, corazón abordó la crónica rosa con respeto, sin dejarse arrastrar por los montajes o por la legión de personajillos que utilizaban la televisión para el cotilleo rastrero. "No hemos sido un programa de opinión sino de información", asegura. Y ha contado la ventaja de ser semanal. Gracias a eso se ha permitido el lujo de "seleccionar" los contenidos.

La periodista afronta hoy su último programa. Y lo hace como empezó, con una entrevista a Isabel Preysler, un personaje "representativo" de Corazón, corazón. "Cierro un ciclo. Aunque pienso que un periodista no se jubila nunca", dice. Cede el testigo a Jose Toledo.

JOSÉ ANTONIO MALDONADO. Media vida entre isobaras

Entre nubes y claros, frentes lluviosos y anticiclones. Desde hace más de 20 años, José Antonio Maldonado (Sevilla, 1944) ha sido un rostro habitual en la información meteorológica de la cadena pública.

Licenciado en Ciencias Físicas por la Universidad de Sevilla, se incorporó en 1970 al Cuerpo Facultativo de Meteorólogos (perteneciente por aquel entonces al Ministerio del Aire y donde llegó a ser meteorólogo adjunto con la consideración de comandante) y permaneció en el Instituto Nacional de Meteorología hasta 1986, cuando se incorporó a Televisión Española.

Más de dos décadas en las que Maldonado se ha sentido "feliz" y en las que siempre le han dado facilidades para desarrollar su trabajo con "libertad". Muchos han sido sus compañeros en esta aventura, pero sobre todo uno ha sido su "gran compañero", Paco Montesdeoca, con el que ha compartido experiencias durante 18 años.

Ahora, a pocas fechas de acabar su etapa en TVE, con 63 años, su estado anímico atraviesa un periodo agridulce porque "siente uno que la vida ya ha pasado". No obstante, deja la puerta abierta a nuevos retos profesionales, y ya tiene algún proyecto en mente. "No presentando el tiempo todos los días, pero sí haciendo algún programa vinculado al tiempo y al campo, al mar o la agricultura en alguna cadena autonómica o privada".

En sus años de servicio ha visto cómo ha evolucionado la información meteorológica en televisión. "Ha cambiado, sobre todo, desde el punto de vista visual". Cuando empezó, las isobaras las pintaban a mano y sólo tenían una foto del Meteosat para elaborar la información. Ahora, cada media hora, se recibe una foto del satélite y todo resulta más fácil y fiable.

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